Desde lo alto de mi torre oía los corazones latir. A los que se embriagaban con amor, los que se quebraban lentamente y los que latía sin razón. El único que me era incapaz de oír era el mío, no sabía sí aún seguía con vida o sí había muerto. Tal vez me lo habían robado, o le obsequié y no lo recuerdo.
Lo único de lo que estaba segura era el agujero negro que sentía en el lugar donde debía estar uno de los órganos más importantes, aunque este agujero no succionaba todo lo que se le acercaba, lo expulsaba.
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Excerpts From My Brain
AltelePalabras jamás dichas, sueños robados, recuerdos que aún duelen y fantasías de mi mente que no serán vistas por nadie pero son publicadas para sacarme el dolor del pecho.