Capítulo 5

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Abro los ojos lentamente con algo de dificultad, un dolor en mi cabeza hace que de mi boca salga un pequeño jadeo.

—por fin despiertas. —dice una voz a mi derecha.

Rose. Luce muy preocupada, pero me da una pequeña sonrisa de alivio.

— ¿Cómo te sientes? —pregunta.

—no muy bien. —mi voz sale rasposa.

— ¿recuerdas que fue lo que paso? —dice, para después entregarme un vaso de agua.

Pequeños fragmentos llegan a mi mente, recuerdo haberme despedido de Denis, después camine a mi cuarto, encontré la puerta abierta, todo estaba oscuro y al prender la luz me encontré con Oliver sentado en mi cama. Después todo se volvió negro.

Seguramente fue un sueño. Es imposible, él sigue en prisión.

—yo...—dudo, no puedo decirle, creerá que estoy demente y probablemente lo este, pero si quiero salir de aquí pronto, no puedo decir lo que creí ver. —no recuerdo nada.

— ¿estas segura? —alza una ceja. Me conoce demasiado bien.

—Sí. Lo único  que recuerdo fue un sueño muy extraño que tuve cuando estaba inconsciente.

Asiente con la cabeza. —muy bien cariño, me alegra que hayas despertado, iré por el doctor Williams para que te revise, te diste un buen golpe en la cabeza. Tuviste suerte de que el nuevo paciente que se mudó a lado se haya dado cuenta. —sonríe.

— ¿nuevo paciente? —pregunto insegura.

—Sí cariño, él fue quien me aviso de tu desmayo.

Estoy a punto de replicar algo, pero me interrumpen unos suaves golpes en la puerta.

—debe de ser el Dr. Williams. —se levanta de la silla, para abrir la puerta.

Mi cabeza empieza a palpitar, espero que el Dr. Pueda darme algún analgésico o algo. Cierro mis ojos y masajeo mis sienes para aliviar el malestar.

—qué bueno que viniste. —dice Rose alegre.

Seguro es Patrick o Dr. Williams, es obvio que Rose esta enamorada de él.

—________, mira quien vino a verte.

Abro los ojos esperando encontrarme con mi Dr.

Pero no.

Oliver está parado a lado de mi cama, viéndome fijamente, con una extraña expresión de ¿felicidad?

—esto no es real. —digo para mí misma, pero ellos también lo escucharon.

Rose se ve extrañada por mi comentario, pero no dice nada.

Oliver solo quita su expresión y frunce el ceño.

—no tuvieron oportunidad de presentarse por lo sucedido.  Pero serán vecinos así que espero se lleven bien. —dice con la alegría que la caracteriza.

—Soy Oliver Sykes. Puedes decirme Oli. —sonríe y me tiende su mano.

¿Qué clase de juego es este? ¿Qué mierda hace? ¿Qué pretende con este teatrito?

—mucho gusto. Me llamo __________ Carlile. —digo siguiéndole el juego,

No sé por qué lo estoy haciendo, pero al tomar su mano, un extraño escalofrío me recorre.

¿Cómo es que aún tiene ese efecto en mí? Después de todo lo que me dijo la última vez que nos vimos. El día del accidente.

—iré por el doctor, no tardo. Mientras pueden charlar y conocerse un poco más.

Se va dejándome a solas con él e inmediatamente me pongo nerviosa.

— ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en prisión? —pregunto bruscamente.

—cuanto te alegra verme. —dice sarcástico. —y no, Salí hace más de un año, _________.

—eso no puede ser cierto. Todos me dijeron que...

Me corta. —te mintieron. Redujeron mi condena, llevo meses buscándote.

— ¿en serio? La última vez que te vi, me dijiste que no volviera a visitarte, que no querías volver a verme. También me dijiste zorra y muchas más cosas hirientes. No entiendo que haces aquí. Ahora es mi turno de decir que te largues.

—Soy un imbécil. Todo lo que dije ese día fue por enojo, nada fue en serio. Yo...—trata de explicarme, pero ahora yo soy la que lo interrumpo.

—no me interesa escucharte. Vete, no te creo Oliver. Y no sé a qué estés jugando, pero más te vale que termine en este momento.

—no lo haré, preciosa. Vine aquí por ti y no me iré. —sonríe.

Yo solo lo veo con odio, pero no puedo evitar fijarme en todo lo que ha cambiado en estos años, su pelo algo lacio que lo caracterizaba desapareció, remplazándolo ahora algo largo y mostrando su pelo...mas ¿natural? por decirlo así, un poco ondulado y despeinado pero no mucho.

Sus ojos muestran pequeñas arrugas, imperceptibles para la mayoría, pero lo conozco demasiado bien y es inevitable no fijarme.

Sigue igual de delgado, pero ahora más fuerte, es obvio que ha hecho pesas.

Luce diferente, pero debo de admitir que muy guapo.

— ¿segura que sigues enojada? Tu cara dice otra cosa, no has dejado de verme

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— ¿segura que sigues enojada? Tu cara dice otra cosa, no has dejado de verme. —ríe.

—te odio. —digo viéndolo directamente a los ojos. De inmediato deja de reír.

Ignora mi comentario, pero es obvio que le dolió.

—has cambiado. Eres toda una mujer. Estas más hermosa, los años te sientan de maravilla.

—ojala pudiera decir eso de ti. —mentirosa...

—te llevo 13 años, siempre lucirás mejor que yo. —dice sonriendo y parece que mi comentario no le molesto.

Trata de acercarse, pero lo detengo.

—ni lo pienses y ahórrate tus comentarios.

Por suerte Rose entra con el Dr. Patrick a su lado y doy por terminada nuestra conversación.

—me alegra que seamos vecinos, no te libraras tan fácil de mí, _____________. —amenaza.

Sale de la habitación, pero no sin antes lanzarme un beso, sin que nadie más se dé cuenta

¿Qué está mal con él?

Y Se supone que la loca soy yo.

Pero lo tuvieron que admitir por alguna razón.

Me pregunto qué es lo que tiene...

Don't Go (Oliver Sykes Y Tu) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora