Capítulo 27

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*Denis*

Veo a la chica que amo, tirada en un charco de su propia sangre, algo va mal con la bebé. Necesito sacarla de aquí maldita sea.

Grita desesperada para advertirme, para cuando reacciono es demasiado tarde.

Parece que todo pasa en cámara lenta. En un forcejeo él tiene el arma en su poder de nuevo, trato de arrebatársela. 1 segundo. Solo 1 jodido segundo fue suficiente para que el apuntara el arma contra ________. Mis ojos conectan con los de ellas, los dos sabemos que es demasiado tarde, nuestros ojos dicen todo.

La bala impacta cerca de su pecho. Todo se vuelve rojo. Es todo lo que veo. Sangre. Más sangre.

Con furia lo empujo con todas mis fuerzas, caemos al suelo y el arma queda en algún lugar de este. A pesar de la debilidad de mi cuerpo por la falta de comida, no sé de donde saco la fuerza para golpearlo una y otra vez. Su cara parece deformarse y lo único que hay es sangre. Gime con el último golpe y su respiración es entrecortada, no lo dudo más y alcanzo el arma que no cayó muy lejos y sin siquiera pensarlo un segundo apunto el arma contra su cabeza y disparo. Jamás olvidaré ese sonido, especial el de ________ sollozando de dolor.

Con la mano temblorosa limpio el resto de sangre que salpico mi cara de este maldito bastardo y sin perder un segundo más voy hacia ella. Pero algo en mi dice que ya es muy tarde...

*__________ Carlile*

Estoy muriendo. Todo se está volviendo oscuridad, todo a mí alrededor está perdiendo nitidez. El dolor es tanto que simplemente, mi cuerpo deja poco a poco de responderme. Con las últimas fuerzas que tengo trato de hacer opresión en la herida que está en mi hombro izquierdo cerca de mi pecho. La sangre brota a borbollones. Mi hija y yo estamos muriendo, la puedo sentir luchar dentro de mí, pero es demasiado tarde para ambas.

Una sola lágrima se resbala de mi ojo. Lloro porque mi hija perdió la oportunidad de crecer, de vivir. De conocer este horrible mundo, pero que aún guarda cosas hermosas, las cuales jamás podrá ver. No podre cuidar de ella, de sostenerla en mis brazos y de susurrarle cuanto la amo. De consolarla cuando me necesite, de verla crecer. Las dos hemos perdido esa oportunidad.

Perdón mi amor, rápidamente voy perdiendo la fuerza y lo único que hago es acunar mi vientre con mis manos.

Todo parece transcurrir rápidamente, el dolor cada vez es menos. Mis parpados se están cerrando poco a poco, pues por más que quiero mantener los ojos abiertos estoy perdiendo esta batalla.

Siento como alguien toma mi cabeza y la acomoda en algo más suave, sé que es el regazo de Denis.

No puedo negar que tengo miedo. Pero el dolor se está yendo, este dolor está llegando a su fin.

—¡_______! No puedes dejarme, escuchaste. Tienes que luchar por ti, por tu hija. Te necesito, Oliver te necesita. No puedes dejarnos. —cada vez escucho sus sollozos más lejanos.

Quisiera despedirme de él al menos, pero ya no tengo la fuerza. Quiero decirle cuanto lo quiero, agradecerle por todo lo que hizo por mí, por mi niña. Por ser la única persona que me dio su mano cuando estaba en el infierno. Pero me estoy apagando. Ya no hay esperanza para mí, lo sé perfectamente. Pero quizá para mi hija lo haya todavía.

Intento hablar, pero al abrir la boca, soy incapaz de emitir algún sonido.

—No te esfuerces mi amor. Todo estará bien, ese hijo de puta no volverá a hacerte daño. Solo tienes que aguantar. La ayuda ya viene en camino. Por favor mi amor, no cierres los ojos.

Se a lo que se refiere, escucho ambulancias y a la policía cerca. Pero cuando lo hagan será demasiado tarde.

—Sálvala. —es la única palabra que sale de mis labios en un quizá inaudible susurro.

Don't Go (Oliver Sykes Y Tu) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora