Me desperté sin el sonido de la alarma, miré la hora y eran 20 minutos más temprano, éste día me sentía con mucha energía. Bajé corriendo a la cocina y ya estaba mamá ahí, cocinando como siempre lo hacía.
- Buenos días, cariño.- Me sonrío y siguió cocinando.
- Buenos días, mamá, ¿qué haces?- Me trate de asomar por encima de su hombro.
- El desayuno, ¿por que te paraste tan temprano?
- Amanecí con mucha energía.- Me paré a un lado de ella.
- Eso me parece muy bien. ¿Que te parece sí hoy me ayudas en cosas de la casa?
- No lo sé, tengo escuela.- <<Aunque faltar un día no le hace daño a nadie.>> Pensé.
- Abriremos el armario donde están todas tus cosas de antes.- Volteó a mirarme.
- Está bien.- Sonreí.
Todo el día anduve de arriba para abajo, limpiando por allá y por acá, reviviendo recuerdos de antes. Al final terminamos tiradas en el sofá de la sala, agotadas.
- Jamás creí que tú y papá se conocieran en el trabajo y mucho menos que él era tu jefe.- Cerré mis ojos.
- En realidad fue algo divertido, era un día en la noche con bastante lluvia, mi jornada estaba por terminar. Fui a checar en su oficina, cuándo sin querer escuché que estaba teniendo una pelea por teléfono. Para eso yo aún no sabía quien era mi jefe. Abrí la puerta dispuesta a salir de ese lugar, cuándo él iba entrando, de no ser por mis reflejos, ambos hubiéramos chocado.- Se rió entre dientes.- Me preguntó si yo era la nueva y le dije que si. Después de ese día nos empezamos a llevar bien, hasta se ofreció a llevarme a mi casa aquel día lluvioso.- La mire de reojo e inconscientemente sonrió, como si lo estuviera viviendo de nuevo.- Los días pasaban y a mi me comenzó a atraer, me invitó a una cena algo romántica. Ambos confesamos lo que sentíamos.- Suspiró.- Yo le pregunté acerca de su antigua pareja y me dijo que ya no tenía nada que ver con ella. Pero jamás creí que me estuviera mintiendo, ni siquiera me dijo que ya tenía hijos.- Hizo una mueca.
- Las cosas pasan por algo.- Sonreí de lado.- Tal vez él...- El sonido de mi celular me interrumpió, miré a mamá avergonzada. Caminé al jardín y contesté.
- ¿Qué pasó?
- Amber, ¿te acuerdas de mi?
- No, la verdad no.- Me recargué en la fría pared.
- Soy James.
- Ah.- <<La carrera.>>Pensé.- ¿Es hoy?
- Así es, te llamaba para decirte en donde vernos.- Una sonrisa crecía en mi.
- ¿Que te parece si nos vemos fuera de el instituto?- Mordí el interior de mi mejilla.
- Claro, nos tenemos que ver cuanto antes.
- Esta bien, en 10 minutos estoy allá.- Colgué y salí disparada por mi mamá, esta vez sí tendría que mentir.
Ella aún seguía en el sofá, viendo la tele.
- Mamá, Brooke me invitó a su casa, quiere verme, con eso de que no fui hoy a la escuela.- Me encogí de hombros. Giró a verme dudosa.
- Solo por que la chica me cae bien y se lo que se siente no tener a quien contarle los chismes del día.- Por un momento subí mis cejas, mirándola divertida por lo que acababa de decir.
- Está bien, no se a que hora regrese, si es que lo hago, puede que me invite a quedarme a dormir con ella.- Mordí mi labio inferior.
- Claro, si algo pasa me llamas.- Deposite un beso en su mejilla mientras le susurré un "gracias".
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Sin Memoria
VampireCada ángel nació para complementar un demonio. Cada demonio necesita un poco de bondad en sus vidas. Se llama destino.