Capítulo 10

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"Yo creo que nada sucede por casualidad ¿Sabes qué? En el fondo las cosas tienen su plan secreto, aunque nosotros no lo entendamos" La sombra del viento – Carlos Ruiz Zafón

NARRA AMBER

Mi cabeza me dolía a horrores, abrí los ojos y estaba todo oscuro, la luz de la noche se colaba por la ventana que tenía la habitación, había una lámpara a mi lado encima de una mesita, mi cuerpo descansaba tapado con una delgada sábana blanca, la puerta estaba entreabierta y la luz entraba por ahí. Me levanté con cuidado, apoyando primero un pie y después el otro. Toqué mi costado, ya que recordaba haber recibido un fuerte golpe. Tomé la puerta entre mis manos y la abrí, ocasionando que mis ojos apartaran la vista inmediatamente por la fuerte luz.

- No deberías estar fuera de la cama, no es que me importe pero a Jane no le agradaría.-Evan traía una camisa blanca demasiado pegada a su cuerpo, su cabello estaba despeinado y llevaba un vaso en la mano. Me crucé de brazos.

- Si no te importa, ¿me dejarías pasar?- Puse mis labios en una dura línea.

- Te recuerdo que estás en mi casa.- Caminó lentamente a la habitación de al lado.

Sentí una punzada en mi cabeza pero la ignoré, caminé al pasillo de la derecha, pasando por enfrente de donde Evan se había metido. Llegué a una sala grande, con una pantalla exactamente en medio, tres grandes sofás color vino, las paredes pintadas de color veige y tres grandes cuadros; uno de una familia, los otros eran simples obras de arte. En el rincón de la izquierda había un estante con diversos libros de todos tamaños y un puf de color azul marino, donde estaba Jane, de espaldas, leyendo.

- Despertaste bastante temprano.- Habló sin despegar la vista del libro.- Creí que los humanos dormían mucho.- Volteó a veme.

- ¿Humanos?- Arrugué mi nariz, si estaba tratando de decirme algo, solamente estaba logrando confundirme más.- ¿Qué fue todo lo de hace rato?

- Puedo explicarlo, pero no se sí estés abierta a cualquier cosa que te diga.- Puso el libro de regreso en la estantería, para después cambiar su expresión a una seria.

- De acuerdo.- Me cruce de brazos. Blake no tardó en aparecer por la puerta izquierda.

- Ya despertaste.- Sonrió, nos miró a ambas y su expresión cambió.- ¿Sucede algo?

- Es lo mismo que yo quiero saber.

- ¿Estas segura?- Volteó a ver a su hermana.

- Si, no podremos ocultárselo por siempre, además me cae bien y no es como las demás.- Sonrió tímidamente.

- ¿Qué son?- Tragué saliva. Ambos intercambiaron miradas, como si estuvieran de acuerdo con lo que me iban a decir.- Humanos no son o al menos yo no conozco a nadie que pueda correr de la misma manera en la que lo hicieron ustedes, al sujeto se le oscurecieron sus ojos cuándo se enojó, él tenía una fuerza inexplicable me tomó por el cuello sin ningún esfuerzo.- Sacaba mis teorías en voz alta.- Cuándo me sonrió... él, él, sus colmillos, ¡mierda!- Metí un mechón de cabello detrás de mi oreja.- ¿Acaso ustedes son..?

- Vampiros.- Terminó Blake.- Somos vampiros.

Inconscientemente di un paso para atrás.- Brooke tenía razón.- Hice una pausa.- Ustedes.. ¿ustedes mordieron a Abigail?- Tal vez estaba siendo muy dramática, pero por más que quería calmarme, muchos pensamientos negativos venían a mi. Sí Brooke no me hubiera contado lo que vio, probablemente en estos momentos creería que me están tomando el pelo, pero ¿como negar algo que tu misma viste?

- ¿Qué? no, no, no.- Jane negó rotundamente.- Nosotros no mordemos a las personas, tal vez fue el tipo de hace rato pero nosotros no.

- Saben, creo que debería irme.- Apunté afuera.

- Adelante, no creo que sobrevivas.- El hermano habló ganándose un golpe de su hermana.

- Créeme, si te hubiéramos querido hacer daño ni siquiera te hubiéramos traído aquí, por favor, confía en nosotros.- Ella me sonrió.

- Por qué los humanos siempre tienen que ser tan dramáticos.-  La voz del tercer hermano nos interrumpió. Hizo un mohín, caminando lentamente al lado de ambos.

- No te interesa.- Me crucé de brazos.

- Creo que por primera vez estoy de acuerdo contigo.- Me miró burlón.

- Entonces, ¿te quedas a dormir?- Blake cortó el silencio incómodo que comenzaba a formarse.

Desde que era pequeña odiaba sentir miedo hacía algo o alguien, sí en algún momento lo llegaba a sentir no me gustaba demostrarlo, gracias a eso tuve algunos problemas en el pasado.

- Está bien.- Sonreí de lado.

- Perfecto, te quedarás a dormir en mi cuarto, yo dormiré en el de invitados.- Sin más salió de la sala dejándome con los dos hermanos.

- Bueno.- Blake caminó hacía mi.- Que les parece si hacemos algo divertido, alg...

- Ni lo sueñes.- Evan se fue por donde Jane.

- Yo sí duermo.- Contesté al ver como Blake fruncía el ceño.- Además mañana tengo escuela, a propósito, ¿no sabes dónde quedó mi celular y mi moto?

- Bueno, Evan se encargó de traer la moto hasta acá y de tu celular no lo sé.

Metí mi mano a las bolsas de mi pantalón para verificar sí aun seguía ahí, solté un suspiro de alivio al ver que aún seguía ahí. Lo saqué y la pantalla estaba totalmente destrozada.

- Dios.- Jadee.

- Vaya, al parecer tuviste una caída bastante fuerte.- Trataba de sonar serio pero una sonrisa traviesa se posó en su cara.

- No es cómo si hubiera sido algo que me esperaba, un maniático me atacó de la nada, solamente deja que me lo vuelva a encontrar y ya verá.- Soné tan decidida que Blake soltó una risa.

- Antes de que tengas tiempo de decírselo te aseguro de que ya habrás pasado a mejor vida.- Rió.

- Cállate.- Lo fulminé con la mirada.- Además, ¿cómo estás tan seguro de que no podría con uno de ustedes?

- Pues tus brazos delgados y tú inexperiencia en el tema de los vampiros no es cómo si dijera mucho.- Me miró burlón.

Estaba lista para replicar cuando la voz de Jane gritó.

- ¡La habitación está lista Amber, mañana hay escuela así que te recomiendo dormir ya!

- ¡Claro, mamá!- Escuché la risa de Jane.- Bueno, ya escuchaste tengo que ir a dormir.

- Buenas noches.- Se acercó rápidamente a mí y depositó un rápido beso en mi mejilla, sin esperar mi respuesta se dirigió rápidamente arriba.

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