Regresé a mis clases normales, ya tenía suficientes faltas acumuladas. El día transcurrió normal, a excepción de lo que pasó en la cafetería ya no volví a ver a ninguno de ellos incluyendo a Brooke. El timbre de mi última clase sonó dándonos por visto que este día había concluido. Caminé a el estacionamiento en busca de mi moto, paré en seco cuándo vi que dos chicos en compañía de una chica la estaban mirando atentamente. Mientras más me acercaba las voces se hacían más claras.
- ¿Quieres apostar?- Habló el chico más alto.
-Sí lo es, te aseguro a que soy mejor que ella y ambos lo saben- Dijo la chica.
- No saquemos conclusiones aún.- El otro chico tocó el manillar derecho.
- Claro, puedes tocarla.- Me posicione al lado de ellos.
- ¿Es tuya?- Preguntaba mientras me analizaba.
- Si.- La chica soltó una risa burlona, ¿acaso dije un maldito chiste?
- Te lo dije.- El chico alto se puso del lado de su amigo.- Soy James, ¿y tú?- Me extendió la mano, ni siquiera me moleste en tomarla.
- Soy Amber.
.- Ella es Azura y él es Connor.- Se dirigió a sus amigos.
- Perfecto, me tengo que ir.- Monte mi moto lista para irme.
- Espera, ¿sabes conducir?- Enarque una ceja.
- No seas estúpido Connor.- Lo fulminó con la mirada y el tipo solo se avergonzó.- Lo que él quería decir es que sí te gustaría competir con otras personas.- Azura carraspeo su garganta.
- Si.- Todo lo que se sobre manejar es gracias a Austin, desde que tenía 13 años me enseñó a conducir variedades de vehículos todo terreno, no es por ser vanidosa pero no lo hago nada mal.
- ¿No te gustaría que quedáramos algún día para probar que tanto sabes manejar?
- No estarás hablando en serio.- Azura renegó.
- Claro, iré.- Sonreí satisfactoriamente al saber que ella no estaría para nada contenta de verme ahí.
- Perfecto, pasame tu número, te llamaré para decirte en donde vernos y a que hora.- De reojo observaba los berrinches que hacía Azura. Anhelo conducir con ella para poder ganarle.
- Un gusto conocerlos, nos vemos pronto, tengo que irme.- Arranqué el motor, James y Connor agitaron la mano para despedirse. Salí del estacionamiento con destino a mi casa.
No tenía nada planeado para hoy, tal vez solo me quedaría a ponerme mi pijama y dormir hasta que fuera otro día y tuviera que regresar a el instituto. Puede que llame a Brooke para preguntarle que pasó con ella.
Llegué a casa y lo primero que hice fue inspeccionar el lugar, fui al cuarto de mi hermano y nada. Entre a la mía y tampoco, baje a la cocina para ver que podía comer. Abrí el refrigerador y había una pizza instantánea, caminé al microondas y le puse el tiempo necesario.
Saqué mi celular para revisar si tenía alguna llamada, pero nada, ni siquiera la Virgen me llama, busqué el número de Brooke para llamarla. Coloqué la llamada en altavoz en lo que iba por mi pizza.
El sonido de la llamada finalizada fue todo lo que se escuchó, presione el botón verde del microondas para sacar mi comida, lo tomé en manos y estaba bastante caliente, corrí a la mesa para depositarla en ella. Jalé la silla y me senté.
Recargué ambos codos en la mesa para seguir intentando llamar a Brooke, pero todos los intentos fueron en vano, deje el celular a un lado mientras me concentraba en mi deliciosa pizza, agarré un pedazo, lo lleve a mi boca y de le di un gran mordisco, mis papilas reaccionaron al instante al alimento.
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Sin Memoria
VampireCada ángel nació para complementar un demonio. Cada demonio necesita un poco de bondad en sus vidas. Se llama destino.