T R E S

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(...)

Carolina

Al instante siento una lágrima resbalar por mi mejilla, la limpio rápidamente. En cierto modo me siento traicionada por él. Aunque el no sabe que yo he vuelto, creí en él, y en su promesa.

Sus palabras pasan por mi mente 'Nunca te olvidaré, Carolina. Siempre estaremos juntos, Te lo prometo'

Más lágrimas escapan de Mis ojos, y subo a mi auto rápidamente, no puedo seguir en este lugar, necesito huir y Estar sola. Para mi mala suerte mi mente no quiere ayudarme, Porque no deja de reproducir recuerdos de Agustín y yo juntos en el pasado, que me hacen llorar más y más.

Arranco el Auto con lágrimas saliendo sin parar, salgo del estacionamiento de la empresa y conduzco hacia mi casa. Ellos ni siquiera notaron que me marché.

Durante todo el camino imágenes de la escena en la que se besaban pasan por mi cabeza, mientras la voz de Agustín con aquella promesa está de fondo acompañando esas imágenes.

Llego a Casa, y entro dando un portazo. Definitivamente lo que sentí al ver eso fue una mezcla de sentimientos, entre ellos: Furia, Dolor, y traición.

Es exactamente la hora del almuerzo y no quiero encontrarme con mi nana, sé que me hará un interrogatorio y realmente no tengo ganas de hablar. Subo casi corriendo a mi habitación, entro, y cierro la puerta, me recuesto en la cama y enseguida un Toc toc toc  me saca de mis pensamientos. Maldición.

—No quiero hablar ahora, Nana. Dejame sola, Por favor—Digo con una pizca de enojo y otra de tristeza en mi voz, Me levanto a regañadientes y camino hacia la puerta, le coloco el pasador a esta y me deslizo por ella, cayendo sentada en el suelo, abrazo fuertemente mis piernas y hundo mi cara entre ellas. 

—Mi niña, sólo quería preguntarte si te arrepentiste de todo, si te diste de cuenta de que tu no eres así, dime que sí, Caro— Escucho esa pizca de esperanza en su voz. Suelto un bufido. Siempre es lo mismo

—Te dije que No voy a detener esto, ya entiende por favor— Intento no perder el control con ella, no quiero ser grosera con la mujer que Me lo dio todo teniendo nada.

—Si no lo quieres hacer por mí, Al menos hazlo por Agustín, el te quiere muchísimo mi amor— ¿Era necesario nombrarlo? ¡¿Realmente lo era!?

—¡NO!— Grito fuertemente y siento como retrocede, alejándose de la puerta.— No vuelvas a decir que el me quiere ¿Entiendes? El ya me olvidó—Grito nuevamente, y al final, mi voz se escucha
quebrada— Maldita sea,
Me olvidó— Grito furiosa, más bien, Herida. Ni yo misma reconozco mi actitud, me levanto y comienzo a tirar todo lo que está a mi alrededor, mientras las lágrimas comienzan a salir nuevamente sin parar.

Siento los pasos de mi nana ya lejos, y lloro hasta que me quedo dormida en el suelo en medio del desastre que yo misma he ocasionado a causa del enojo y el dolor que ese hombre me ha causado.

Mi nombre es Venganza | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora