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¿Sabéis cómo suena el ruido de un cuchillo adentrándose en alguna parte del cuerpo humano? ¿Y el ruido de la sangre salpicando las paredes y el suelo? ¿El olor de aquel líquido rojo, empapando toda tu ropa? ¿Cómo te imaginarías aquella escena...?

Dos cuerpos tirados en el suelo, sobre un gran charco de sangre, una persona está justo al lado suyo, de pie, con un cuchillo ensangrentado en la mano. Su ropa y su piel fue bañada por un color rojizo, y en sus ojos reflejan un gran placer; el placer de matar...

༝༝༝

— ¿Escuchaste sobre los asesinatos que ocurrieron estos viernes? Han vuelto a encontrar a dos de la clase B, dicen fueron apuñalados...

— Sí, dicen que es de una mafia rara que mata adolescentes.

— ¿Que mafias ni que mierdas? A mi me han dicho que son un grupo de estudiantes.

— ¿Qué dices? ¿Por qué harían eso a sus compañeros...?

— A veces la gente está mal de la cabeza.

— Joder pero ya es la segunda vez que pasa en este mes.

— Pero por lo menos es menos bestia que lo que ocurrió dos años atrás...

Cientos de murmullos llenaban todas las clases de aquel centro. Habían habido tres asesinatos, los tres ocurridos los viernes. Ya habían pasado dos años desde la última vez que ocurrió algo similar a aquello. Los asesinatos, siempre ocurrían por la tarde, después de las horas de castigo de los alumnos. Habían muchos rumores sobre ello; mafias, grupos de alumnos rebeldes... Aunque eso último sonase algo imposible, habían posibilidades de ello. Nadie sabía la verdad...

— Christal Hawk, ¿qué opinas sobre lo ocurrido? — La amiga de la mencionada, sostenía un rotulador permanente delante de ella, como si fuera alguien de la prensa.

— Opino que como no apartes esa mierda de mi te la voy a meter en el ojo. — Dijo en un tono inocente, fingiendo una sonrisa. — Ally, no eres una entrevistadora.

La pelinegra se llevó una mano al pecho de manera dramática, mientras que Chris le miraba de manera indiferente, hundiendo su mejilla derecha en la palma de su mano.

— A veces me pregunto cómo puedes ser tan jodidamente borde, y cómo pude llegar a ser tu amiga.

— Porque soy jodidamente borde y eso te encanta. — Señaló con sorna a Ally con su bolígrafo.

— ¿Ahora soy masoca? — Chris se encogió de hombros y siguió escribiendo cosas en su libreta.

El profesor llegó, dando a fin la conversación entre ellas y las clases comenzaron. Los alumnos esperaban ansiosos la hora del recreo nada más en los primeros cinco minutos de la primera clase. Pero claro está, no todos los alumnos atendían a clase de manera adecuada, ganándose una hora extra por la tarde. La lista de castigados aumentaba a medida que pasaba el tiempo. Y la mitad de ellos, se arrepentirán de estar en esa lista, pues tenían miedo de morir como sus otros compañeros...

— ¿No estás preocupado por tener que asistir al castigo esta tarde, señorito Abel? — Ally dió dos golpes en el hombro de su compañero de clase, que se sentaba justo en frente de Chris y ella, sosteniendo de nuevo un rotulador.

— Tía, baja esa cosa. — La pelinegra hizo un puchero pero aun así guardó el permanente. — Y respondiendo a tu pregunta, no, ellos siempre atacan los viernes, como habrás visto, así que no veo por qué preocuparme.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro de que solo atacan los viernes? — Añadió Chris, quien seguía garabateando su libreta y con una mano aguantando el peso de su cabeza.

¿Cuál es tu nombre? #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora