Capítulo veintiocho

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Narra Aiden:

Desde que salimos de su casa Alice esta rara, hizo que nos fuéramos rápido y no hablo casi nada, eso es lo más raro ya que ella habla mucho. Espero que lo que me contó Hank no tenga nada que ver con esto.

-Alice.- Ella me miró. -¿Estas bien?- Se removió en su asiento y después miró al frente.

-Sí, ¿Por qué?

-Estas rara desde que salimos de tu casa, estabas tan bien antes de que te dejará en tu habitación y cuando bajaste estabas distinta, ¿Hay algo que te molesto?

-No, Aidi. Estoy bien.

-Sabes que puedes confiar en mí ¿Verdad?- Pregunté cuando frene en un semáforo y la mire.

-Sí que lo sé y agradezco mucho que sea así.-Se acercó a mí y depósito un dulce beso en mis labios.

-Está bien.- Sonreí como tonto y arranque.

Estábamos fuera de la casa de mis padres, abrí la reja con mí celular y entramos. Aparque el auto y bajamos, caminamos de la mano bastante lento hasta la puerta, también estoy nervioso.

-¿Estas bien?

-No, las piernas me están temblando y  mí vejiga cada vez se aprieta más, me voy a hacer pis.- La miré unos segundos perplejo y después solté una carcajada, era tan única y hermosa.

-Me encanta como eres.- Solté nuestras manos y la abracé mientras depositaba un beso en su cuello. -Estas preciosa y mis padres te aman, todo saldrá bien mientras no te orines en la mesa.

-¿Y si lo hago?

-No sé si me preguntas de verdad o no, pero si lo haces no te hagas problema. Me voy a acupar de tirarte alguna bebida encima para disimular que te orinaste, te voy a dar ropa limpia y después voy a limpiar todo.

-Te quiero y cada vez más, la verdad no sé cómo puede ser posible.- Me revelo mirándome fijamente.

-También te quiero mucho Alice.- Cada vez que escucho un te quiero salir de sus labios hace que mí corazón salte de alegría. Mire para la puerta y toque el timbre.

-¡Ahí viene!- Comento ella segundos después, ¿Tendrá oído biónico?, me pregunté a mí mismo y reí. Ella me miró mal y a los segundos la puerta se abrió.

-Se ven tan lindos, siempre supe que serían una pareja perfecta.- Sonrió mí madre, salió a nuestro encuentro y abrazo a Alice. -Cuanto tiempo belleza, ya te extrañaba.

-Yo también te extrañaba, Clarisa.- Le contesto Alice devolviéndole el abrazo de forma muy animada.

-Hola, ma. Yo también te amo y también te extrañe.

-Awww el bebé de mamá.- Se separó de Alice mientras ella reía y me abrazo.

-Hola ma.- La abrace fuerte.

-Clarisa, amor. Déjalos pasar.- Comento mí padre con tono gracioso detrás de nosotros, nos separamos.

-Sí, sí, pasen.- Entro a la casa, deje pasar a Alice y después entre.

-Alice, estas tan grande. No hay duda de por qué tu padre habla tanto de lo orgulloso que esta de vos.- La halago papá y luego la abrazo. Dan a pensar y a entender que no la ven hace años, son terribles. El año pasado la vieron más que a mí.

-Gracias, Gabriel. Nunca dejes de halagarme por favor.- Ambos rieron.

-Aliceee- Mí hermano menor se acercó y la abrazo.

-Chiquito.- Lo abrazo fuerte. Sí, se llevan bien y muchas personas me han dicho que ellos hacen una linda pareja, pero todos ellos me la chupan y no literalmente.

La nena de papá (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora