Capítulo treinta y dos

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Narra Aiden:
Son casi las nueve de la mañana y me estoy dirigiendo a la casa de la ex esposa del señor Martínez. Tengo pensado que la charla sea rápida y clara, ella no tiene una orden judicial para impedirle que vea a su hijo así que esto debería ser fácil.

Estacione el auto en la vereda y baje con mí maletín en la mano. Me pare enfrente de la puerta y toque el timbre, minutos después la puerta se abrió.

-Buenos días, soy el abogado Aiden Bennet.- Le tendí la mano.

-Buenos días, soy Martina Benítez. - Tomó mi mano y la apretó ligeramente.- Pase, por favor.

-Permiso.- Entre y me quede parado hasta que ella camino hacia el comedor.

-Tomé asiento.- Me senté en el sillón frente de ella y entre medio de nosotros había una pequeña mesa ratona con dos vasos de jugo sobre ella.

-Gracias.- Me acomode erguido y proseguí -Cómo usted ya sabe estoy aquí para hablar el tema de que su ex marido no puede ver a su hijo. Usted no puede impedir que él vea a su hijo.

-Sí que puedo, soy su madre.- Comentó tranquilamente, se encorvó hacia la mesita y tomo un vaso, luego bebió jugo.

-No, no puede. Usted no tiene una orden judicial que prohíba que él se acerque o se junte con su hijo por violencia o abusos hacia el niño o usted. Usted está violando las leyes.

-Él no me pasa la pensión.- Comentó un poco más alterada.

-Eso no es verdad.- Abrí el maletín y saque unos papeles. - Aquí tengo comprobado que él pago las pensiones de todos los meses hasta ahora, solo se retrasó con dos y estas fueron de cuando él perdió el trabajo pero le dio la mitad de cada una al comienzo del mes y la otra mitad al final.- Le tendí los papeles que tenía en mí mano.

-Eso no importa, él se retrasó.- Tomo los papeles.

-Sí, pero eso no es motivo para que usted no lo deje ver a su hijo.- Miro los papeles comprobado que estaba anotado lo que le decía, me los tendió y los volví a guardar.

-No dejaré que vea a mí hijo, él es solo mí hijo. Mientras yo lo cuidaba él me estaba engañado por ahí.

-Señora si usted sigue en esta postura le voy advirtiendo que está violando el primer artículo de la que establece que será reprimido con prisión de un mes a un año el padre o tercero que, ilegalmente, impidiera u obstruyera el contacto de menores de edad con sus padres no convivientes.- La miré serio.

-Usted no entiende el sufrimiento que yo llevo dentro.- Comentó y sus ojos se cristalizaron.

-Lamento mucho lo que está pasando, señora. Pero usted no puedo prohibir que su hijo vea a su padre. Eso le puede traer muchos problemas al pequeño y lo que estamos tratando de evitar es eso. No le pido que usted esté mientras el niño ve a su padre pero sí que lo acepte, no utilicé a su hijo como un trofeo de batalla.

-Está bien.- Sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. - Sé que es un buen padre y lo será siempre, pero yo lo odio y quiero que sufra.

-El problema es que no sólo lo está haciendo sufrir a él, también está sufriendo su hijo y sé que usted también porque sabe lo que es mejor para el niño, y esto no lo es.

-Sí, lo sé.- Suspiro y seco el resto de las lágrimas que quedaban en su cara. - Dígale que mañana venga a buscarlo, así recuperan los días que no se vieron.

-Muy buena elección, señora.- Sonreí. - El mañana vendrá a buscarlo y se lo llevara para pasar la tarde con él, le diré que mas tardar a las seis lo traiga. Y después veremos el tema de los horarios cuando el niño empiece las clases.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2021 ⏰

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La nena de papá (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora