Presente

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Guren entro a la sala y se sentó en el primer asiento que vio. Las miradas de sus compañeros se dirigían tanto hacia el peluche, como en su dirección.

Solo habían 2 miradas de burlas, que desaparecieron en cuanto descubrieron que tenía un hijo.

_Oi, pero que lindo conejo, ¡que buen gusto!- elogió un albino sentándose a su lado-¿tú lo compraste?

Guren negó recordando.

_Este se lo compraste tú.

El albino rió mirando a Guren.

_Por eso es tan lindo... ¿Dónde está tu reloj?

_El reloj-

_¡¿Perdiste el reloj?!- preguntó un cejón acercándose.

Guren suspiró, se estiró un poco, ignorando a quien gritaba, y se acostó exhausto en su asiento.

_Trabajé mucho ayer...Piedad~

_El mundo es cruel, Guren... No te daremos piedad- susurró Shinya.

_¡Maldición, Shinya, cállate!

El Ichinose tomó el conejito y lo dejó tendido sobre su mesa, se apoyó sobre él y cargó su peso. Sin poder evitar sentir su aroma...

"Huele a Yuu"

Sonrió.

Guren llevaba bastante tiempo estudiando, trabajando y cuidando a su hijo, solo posible gracias a su carismático vecino.

Ferid

_Mi Mika, ¿estás emocionado para ir a la escuela?

_Nop.

_¿Ni un poco? ¡Es súper divertida!- exageró.

_Ni un poco, tío.

_¿Y si llevas a tu amigo a la escuela?- preguntó esperando sus reacciones tiernas.

_¡¿Llevar a Yuu~chan?!

Los ojos de Mika se abrieron al máximo, brillando más que el mismo cielo.

_¿No quieres?...

_¡Sí, sí quiero! ¡Apúrate, tío!

Mika tomó la mano de Ferid, y lo llevó a duras penas hasta la puerta.

_Mika, primero debes terminarte el desayuno.

_Ah, voy enseguida, espera. ¡No te vayas!- gritó soltando su mano.

Mika corrió a sentarse otra vez, sin dejar de pensar en su amiguito.

Ya voy, Yuu~chan.

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