Peluche

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Guren había pasado todos los días hablando del primer día de su hijo, le tomaba fotos a él y a su esposa todo el tiempo.

"Era el hombre más feliz del mundo"

Las personas no podían mantenerse tristes a su lado; él tenía algo.

Cuando al fin llegó el primer día, se despertó con su ánimo bromista de siempre y se quedó al lado de su esposa e hijos hasta que despertaran.

Un segundo

2 segundos- 3 segundos- 4 segundos...

Un minuto. Dos minutos. 3 minutos~

El tiempo pasaba, pero a Guren no le importaba. No dejaba de pensar en la familia que tenía y el gran paso que daban hoy.

Su primer hijo, de los tantos que planeaban tener, iría ese día por primera a un jardín de infantes, haría amiguitos y... oh.

¡Tendría su primer cumpleaños con amigos!

Una sonrisa externa salió de su cuerpo.

_¿Despertaste hace mucho?- murmuró su esposa con voz ronca.

_No en realidad- mintió abrazándola.

Ella sonrió abrazándolo también. Por alguna razón a su esposa le encantaba dormir, mientras que al joven Guren, madrugar.

Un par de horas después Guren se levantó de la cama con un producido desayuno para su esposa.

_Eres el esposo perfecto.

El rió.
_Para la esposa perfecta.

El corazón de Mahiru se estrujó y todas sus inseguridades volvieron a atacarla.

Habían cientos de personas mejor que ella. Él merecía a alguien mejor.
_Le gustan los niños.
_Es amable.
_No le teme al compromiso, de hecho lo prefiere.
_Es buena persona.
_Es...

_Mi mahiru, ¿estás bien?

_Sí.

_Llevas un rato rara, ¿no te pasa nada?- volvió a preguntar.

Ella sonrió restándole importancia, le dio un abrazo y volvió a repetir:
_Eres el esposo perfecto.

Guren sonrió y abrazó a su esposa antes de levantarse a tomar una ducha y vestirse.

.

Una hora y algo después, alguien golpeó la puerta exigiendo que la abran.

Guren dejó a Yuu con su madre, pero este se levanto y corrió siguiéndolo.

Su padre, escuchando sus pasitos y los llamados de su esposa, lo tomó en brazos y abrieron juntos la puerta.

_¡Bienvenido!- exclamaron los 2 al unísono.

Shinya esbozó una fuerte carcajada, y le cubrió los ojos a Yuu con su blanca mano. Shinya quedó a unos centímetros cerca de Guren, quien estaba sujetando fuertemente a su hijo.

_¿Adivina que es?

_¡Un regalo!

_Jaja Mi hijo es un genio- comentó sonriente el Ichinose mayor.

Shinya no queriendo interrumpir por más tiempo esa escena familiar, retiró su mano y le tendió su regalo al sorprendido azabache.

_¡!- sin palabras miró el regalo.

El pequeño Yuu no estaba acostumbrado a recibir regalos en un día cualquiera. Eso significaba que el primer día de clases es más divertido.

_No esperes un gracias. Se tarda.

El pequeño Yuu le pidió a su padre que lo bajara y corrió a la pieza de sus padres para avisarle a mamá de su regalo.

_¡Mamá, mamá! ¡Mira!

_Oh... ¡un regalo! ¡Vamos a abrirlo!

El pequeño Yuu se apartó de su madre y se instaló en el suelo a abrirlo.

Una vez logrado abrir miró sorprendido el regalo, era la primera vez que tenía un peluche tan especial.

_¡Un conejito! ¡Qué lindo! ¿Quién te lo dio?... ¿le dijiste las gracias?

El pequeño Yuu se levantó con dificultad del piso, y fue con su conejito a dar las gracias.

_¡Gracias, señor blanco!

_Pfff

.

Un par de minutos después, Shinya se levantó de la silla en que platicaba con Guren.

_Ah, ¿cómo le dices a tu papá?

_Papá.

Guren notando lo que pensaba Shinya, le susurró:
_ El señor negro es Kureto.

_¡JAJA Ja!

La mirada que Shinya le devolvió a Guren se quedó grabada en Mahiru.

Esos 2 eran amigos desde siempre, ambos bromeaban y eran alegres. Eran una mejor pareja. Si Guren terminaba con ella, prefería que fuera por su mejor amigo.

Así serían felices. Lo único que quería era que él fuera feliz. Además...

.

.

.

El pequeño Yuu salió de la casa con Guren y Shinya. Ambos con su celular.

A excepción de que Guren ya estaba grabando lo que sucedía.

El ánimo de Guren fue transmitido a Yuu. Sería un gran día.

YuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora