D-E-S-A-S-T-R-E

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   Ay dios. Fue lo primero que vio Ferid al entrar a la casa.

_Am... Oh, no.

   Admiró sorprendidamente nervioso lo que había frente a sus ojos.

   Primero, bastante helado derretido cayendo en la cocina, junto a un leve desorden. Segundo, el volumen del televisor estaba al máximo y no había forma de apagarlo.

_¿Donde está el control remoto?

_No sé- respondió Yuu buscando un poco con su mirada.

   Y tercero, cuarto, quinto, sexto... el Cuarto De Guren- era- un- divino- DESASTRE.

Ring ring~    Ring ring (isonido de teléfono)

   Estaba la cama sin hacer con helado derritiéndose por sus dichosas sábanas.

_Yuu, ¿tú te serviste el helado?

_¡Taba rico!

_Sí, pero...

Ring~ ring     Ring~ ring

   El teléfono empezó a sonar. Lo que causó más estrés en el adulto.

Ring~ring          Ring~ring

  El peliplateado limpió lo más que pudo por dos minutos.

   Riiiiiiiiiingg

Las manchas... ¡no se quitan!

¡No se quitan las manchas!

_¿Alo?

_¡No se quitan!- contestó estresado.

_¿No se quitan? ¡Oh, no! ¡No se quitan!- rió el pelirrojo desde el otro lado- Jaja.

   Ferid sonrió algo más calmado.

Lo siento...

_Y... ¿qué te pasa?

_¿Puedes venir?

_Imposible.

_Oh. Hmm...

   Ferid hizo un puchero.

_Ok, no ¿ahora?

_Sí... A la casa de Guren. Por favor- se relajó el peliplateado.

"Por favor"

"Favor"

"FAVOR"

   Cientos de posibles favores se pasearon por la mente de Crowley.

_Voy en seguida. No olvides el favor.

_Piedad...

_Un pelirrojo no tiene piedad- sonrió.

YuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora