Capítulo XV
Estoy en un cuarto totalmente negro lo único blanco es la cama, tengo un vestido gris hecho pedazos, miro hacia todos lados buscando una salida y lo único que logro visualizar es una figura masculina de rodillas con la cabeza gacha según lo que puedo apreciar, no distingo ningún rasgo facial para tratar de reconocerlo, está posicionado con la luz detrás de él lo que me dificulta aún más el reconocerlo, trato de levantarme pero no puedo, intento nuevamente y es un intento fallido, la figura se levanta de sus rodillas y queda de pie frente a mí y es un hombre sin rostro, empiezo a gritar desenfrenadamente y con su mano tapa mi boca y de la nada en esa sombra que es su rostro en donde deberían estar sus ojos puedo ver un brillos de color azul, trato nuevamente de soltarme de aquello que me ata y no lo logro, busco que me ataca y no veo nada, trato de llevar mi mano hacia mi pierna y ni mi mano ni mi pierna logran subir, pero yo siento que están allí y como algo las retiene, me muevo como loca sobre la cama tratando de soltarme y mis lágrimas brotan como manantial por mis mejillas, la figura del hombre desaparece y quedo sola sobre la cama, intento soltarme y no lo logro me siento frustrada y decido gritar junto con abrir la boca la figura del hombre aparece nuevamente cerniéndose sobre mí, con una de sus manos tiene mi boca tapada y con otra retiene mi cuello en la cabecera de la cama, lo miro fijamente tratando de descifrar quién puede ser y no lo logro solo siento sus manos pasando por mi cuerpo y lo que me causa repulsión me muevo con más fuerza y no logró zafarme de él, empiezo a llorar nuevamente y su mano desaparece de mi boca pero empieza a tocar mis piernas y decido gritar...
-¡Samatha! ¡¿Qué sucede?! - mi mamá me zarandea por el brazo despertándome
-¿Qué decía mamá? - la miro confundida, luego visualizo la figura preocupada de mi papá apoyada en el marco de la puerta
-Gritabas cosas como: ¡Suéltame! ¡Aléjate de mí!¡No me toques! - papá se sienta en la cama justo detrás de mí y me recuesto en su pecho y me siento segura en su regazo
-Debió ser una pesadilla - comenta mamá mientras toca mi frente en busca de fiebre - ¿Pero de que se trató para ponerte así?
-¿Así cómo? - miro a mamá esperando respuesta
-Estabas alterada, dabas movimientos bruscos como si trataras de soltarte y además gritabas - pequeños recuerdos del sueño vienen a mí esos destellos azules, yo atada a una cama, gritando
-¿Estás más relajada? - asiento lentamente mientras continúo torturando mi cerebro buscando más trozos de mi sueño - Cualquier cosa nos llamas - papá se levanta de detrás de mí y no quiero que se vaya a su lado siento que nadie puede herirme o tan siquiera tocarme
-Papá - digo cuando ya está por salir de mi habitación - ¿Puedes quedarte aquí hasta que me duerma? - me siento como una niña pequeña pidiéndole esto a papá pero realmente lo necesito
- Claro hija - se recuesta a mi lado y empieza a sobar mi cabello con delicadeza lo que hace que caiga en un sueño profundo sin ninguna otra pesadilla
Me levanto en la mañana y ya papá no está allí, no soñé más nada en toda la noche y ahora solo tengo pequeño retazos de la pesadilla lo que recuerdo con más firmeza son los destellos azules de esa figura sin rostro, miro la hora y todavía falta hora y media para entrar a la universidad, me levanto de la cama y cepillo mis dientes y me miro en el espejo tengo una leves sombras oscuras bajo mis ojos, mi cabello está un poco descuidado <<tal vez es sólo porque te acabas de levantar ¿no crees?>> cierto conciencia, decido ducharme de una vez para tomar una media hora para arreglar mi cabello.
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Prohibido y Deseado
General FictionMi nombre es Samantha Hernández, mis amigos me dicen Sam, soy dentro de los estándares sociales “normal”, mi vida es tranquila a excepción de mi mejor amiga Tory; yo la amo pero a causa de una invitación a una fiesta, conoceré a un hombre con unos e...