Pacto Con Un Demonio [PAUSADA]

Cap.7

Despues de la pequeña "reconciliación", caminé de nuevo hacía mi habitación.

Al entrar, no había rastros de ellos, mis ojos pesaban tanto que preferí quedarme dormida.

(...)

—Megan, el sabado habra una fiesta y obviamente tenemos que ir—
me mostro una sonrisa complice

—Por supuesto que si, ya sabes—le guiñé un ojo—¿Y Peter?, no lo he visto en todas las clases.

—No lo sé, debe estar ocupado.—
murmuró.

Seguímos platicando durante todas las clases, le conté que había ido a la enfermería y que solo era un resfriado, omitiendo la parte en la que encontré a la enfermera tirada en el suelo y donde conocí a dos chicos los cuales uno de ellos intentó asesinarme.

—Megan—escuché una voz detrás de mi—Megan...— Se escuchó nuevamente pero esta vez con una voz llena de terror falso

—Se que eres tu Zac, deja de hacer eso.—me giré encarandolo.

Acompañé a Cristina a recoger un material para el instituto.

—Te puede ver— susurré.

—¿Quién?— preguntó confundido.

—Ella...—lo jalé de la mano y lo llevé detrás de los baños.

—¿Y...?— rodé los ojos.

—No la conoces, estará cuestionandome quien eres y hasta que no le diga lo que quiere escuchar no me dejara de insistir—pasé todo mi peso a mi pierna derecha colocando mi mano en mi cintura.

—Ya— chasqueó su lengua, lo mire interrogante—¿Qué?— hice un moviento con mis manos para que prosiguiera—¡Ah, ya!—exclamó—
Solo vine a visitarte— se encogío de hombros, Bufé.

—¿Y el idiota?— le pregunté mientras me recargaba contra la pared, me miro interrogante—Hunter...— solté con fastidio.

—¿Qué es acaso que siempre estas de mal humor?— me preguntó con burla, lo fulminé con la mirada y solté un gruñido—¿Lo ves?— le dí un pequeño golpe en la cabeza— Ya, ya, pues está... ocupado.

—Así, ¿en qué?—lo mire desafiante
—¿Qué se traen?.

—Nada— se escuchó el eco de la voz de Hunter, de mal genio.

—Tal para cual— murmuró Zac, ambos lo fulminamos con la mirada.

—¿Qué hacen aquí?—preguntó seco.

—¿Qué haces aquí?—pregunté de mala gana.

—No me respondas con preguntas—
me recriminó entre dientes y se acerco a mi.

—Bueno, ya—se metío Zac entre nosotros—¿Qué les parece si damos un paseo?— aplaudió con emoción
—Oh vamos, tengo tanto tiempo sin ver la luz del sol— hizo un puchero.

—¿Tiempo?—pregunté, Hunter se estaba desesperando lo pude notar
—Está bien—suspiré.

Mis ojos comenzarón a pesar.

(...)

Y aquí me encontraba, en un centro comercial junto a este par de idiotas.

—¡Compremos un helado!—chilló Zac.

—No—senteció Hunter.

—Idiota, amargado— le gritó Zac y se escondio detras de mi—Iré por un helado—le sacó su lengua infantilmente—¿Quieres uno?—me preguntó, negué.—Ya regreso.

El ambiente se sentía tenso y el idiota que se encontraba a mi lado no dejaba de apretar la mandibula, si sigue así se quebrará.

Necesitamos saber por que aparecieron de la nada y cual es el punto. No me dan buena espina.

—Hunter...—hablé intentado romper la tensión, Se giró para verme.

—¿Qué?—me sorprendí tanto al escuchar su voz neutra.

—Emh...—comencé a balbucear.

Deja de hacer eso, pareces una estupida.

—Me preguntaba...—trague saliva
—¿Porqué vinieron a buscarme—
Llené mis mejillas de aire.

—¿Puedes callarte hasta que llegué Zac?—me pidió irritado.

—¡No, maldito pedazo de mier...!
—grité, Hunter tapó mi boca. La gente nos miraba.

—Eso después te lo explicare, Ahora no— sonrío.

¡Dios! ¿Está sonriendo?, ¡Está sonriendo!, esa sonrisa era la primera vez que la veía y era hermosa.

¡Enfocate!

—¿Seguro?—sonreí, asintió—Más te vale.

—¿O si no, qué...?—me devolvió la sonrisa.

Sin Comentarios.

—ahora que necesito de tu ayuda— recrimine a mi subconsiente.

Solo es raro, todo esto. Tenemos que saber que se traman y lo vamos a descubrir, empezando por tus padres...

(...)

Al llegar a mi casa lo primero que hice fue sacar a Zac de mi casa, se rehusaba en irse hasta que Hunter lo llevo a fuerzas.

Y caí en los brazos de morfeo inmediatamente.

Me encontraba completamente sola, recostada encima de una superficie solida y fría.

A lo lejos escuché pronunciar con euforia la palabra, SACRIFICIO.

Un hombre con capucha negra se acerco a mi con una espada en mano, a lo lejos pude divisar a mis padres viendo el espectaculo.
El hombre levantó la espada para atravezarla en mi pecho...
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