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3 meses después.

-Estoy nervioso, Frank... Tengo que contar todo, frente a mis padres, a ti... Quiero morirme.-me dice Gerard mientras arregla su traje frente al espejo de su cuarto. Hoy son los alegatos* en el juzgado. Gerard, Bob, Ray, Bert, y otros chicos que estuvieron en la fiesta deberán declarar, y luego el juez dará la resolución. Yo, como no estuve allí, no tengo nada para declarar.

-Todo saldrá bien. Te lo prometo. Voy a estar ahí, para apoyarte.-le dije mientras lo abrazaba por la espalda.

-No quiero verlo, Frank. Le tengo miedo.-sé que se refería a Bert. Y era entendible, era quien lo había violado.

-No pasará nada, vamos a estar todos allí. Te lo prometo.-a pesar del paso del tiempo, Gerard seguía asustado, su psicóloga le había diagnosticado estrés post-traumático, había dejado el colegio, ahora hacía las cosas desde casa, y casi no salía. Era muy difícil superar eso, pero yo sabía que juntos lo íbamos a lograr.

Los dos salimos de su habitación ya listos. Su madre -quien, a regañadientes, había aceptado la homosexualidad de su hijo-, su padre y Mikey nos esperaban en el living. Sus padres lo abrazaron mientras le susurraban palabras de apoyo. Luego, los cinco salimos hacia el juzgado, donde estarían mis amigos y mis padres.

Llegamos después de un rato de viaje. Entre Mikey y yo habíamos logrado calmar un poco a Gerard, pero cuando estábamos por bajar, entró en pánico y no quiso salir del auto. Habló con su madre a solas y, finalmente, accedió a entrar al juzgado.

[...]

-El señor Gerard Arthur Way, en calidad de víctima, es solicitado para dar testimonio.-en el silencio de la sala, resonó la firme voz del juez. Apreté la mano de Gerard y le sonreí. Él, nervioso y temblando, se sentó en el asiento donde anteriormente habían declarado Bob y Ray.-¿Jura decir la verdad, y nada más que la verdad, señor Way?

-Sí, su señoría, lo juro.

-Señor Way, usted concurrió a una fiesta organizada por el señor Bryar el pasado 3 de noviembre del corriente año, ¿es eso correcto?-le pregunta el abogado de Bert.

-S-sí...-titubeó.

-¿Con quién asistió usted a esa casa?-la sala estaba en silencio completamente, sólo se escuchaba la voz de ése hombre y la respiración agitada de mi novio.

-Fui con Ray.

-¿Podría ser tan amable de referirse a ellos con sus apellidos, señor Way?-Gerard asintió. El abogado volvió a preguntar.-¿Y dónde estaban ellos al momento del «incidente»?

-No lo sé. Yo estaba sólo con Be...McCracken, y bueno, pasó eso.-cada vez, Gerard estaba más nervioso. Y lo único que yo esperaba era que terminara rápido eso para poder estar con él.

-¿Y qué es lo que usted hizo para ser violado?-la incompetencia de ése imbécil me estaba poniendo de los pelos. ¿Cómo él había hecho algo? Él era la puta víctima.

-Objeción, su señoría.-dijo Susan, la abogada de los Way.-Ésa pregunta es completamente errónea. Mi cliente no tiene la culpa de haber sufrido, la culpa es del señor McCracken.

-Su objeción es correcta y racional, doctora.-dijo el juez.-La pregunta queda invalidada por falta de cuidado al utilizar el vocabulario.

demolition lovers ; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora