Capitulo 2: Protección

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Me di una bofetada, no podía creerlo
Ahí estaba él...
Darius, la mano de Noxus estaba... ¿Hablándome mediante el monitor?

—Esto no puede ser verdad... ¡es increíble!— me dije, aún asombrado y ligeramente adolorido, mi mejilla se puso roja y se hincho un poco.

—No exageres, Invocador— respondió Darius, apoyado sobre uno de los bordes del cliente del juego, manteniendo una sonrisa llena de orgullo y superioridad mientras me veía de reojo.

—¿C-como? Mejor dicho... ¿Por que?— pregunté titubeante, mientras me acercaba hacia la pantalla de la computadora
—¿Por que? Es una larga historia, Invocador— dijo Darius, con el rostro ensombrecido.
Intente prestarle atención, toda la que alguien le podía ofrecer, a pesar del hecho de que uno de los personajes mas populares del juego se dirija de esa manera hacia mi.

—Aunque... sera mas fácil si lo ves por tu cuenta— continuó, mientras se acercaba hacia el monitor.
—¿Que quieres decir con eso?— cuestioné, no estaba seguro, pero podía sentir que se trataba de algo importante.

De pronto, un temblor sacudió mi hogar, algunos cuadros de la pared cayeron al suelo mientras que se escuchaba una voz desconocida, riendo tras la puerta de mi habitación.

—¡Demonios, ahora no!— escuche gruñir a Darius.

La risa se detuvo, ya no podía escuchar nada mas tras la puerta, hasta que un estruendo interrumpió el silencio y escuché el caer de una vitrina, pues algunos vasos y platos se quebraron contra el suelo.

—¡Invocador, no puedo explicarte todo ahora, pero debes confiar en mi!— dijo Darius, mientras que una luz blanca y demasiado brillante como para cegarme provenía de la pantalla de mi computadora, proyectando frente a ésta a Darius, con su hacha en mano y portando su armadura oscura y una capa roja desgastada, con el emblema de Noxus sobre ella.
Dio un par de pasos y se puso enfrente de mi, mirando hacia la puerta y con su mano firme sobre mi pecho, impidiéndome el paso.

Aún cuando sabia que no era el momento, estaba atónito, Darius era apenas un poco mas alto que yo, aunque era bastante superior en cuanto a fuerza física.
De torso grande y amplio, cualquiera pensaría que se debe a su armadura, que es mas pequeño de lo que aparenta.
Se equivocaban, su armadura solo lo hacia parecer mucho mas grande e intimidante de ser posible.
Aunque no podía ver mas, sus brazos competían perfectamente con su torso.
Eran grandes y bien marcados, perfectamente definidos.

—¡No te quedes ahí mirando, cubrete!— me interrumpió Darius

Asentí con la cabeza y me fui a uno de los armarios de mi cuarto, tenia poca ropa ahí dentro, por lo que era sencillo entrar y salir de el.
No podía ver nada desde ahí, pero oí como la puerta de mi habitación se azotaba contra la pared para luego despedazarse.
Escuche a Darius hablar con alguien mas... Discutía con quien irrumpió en el lugar.
Terminando de discutir, solo podía oír metal chocando, Darius con su hacha y su contrincante con otro arma... ¿Una espada? ¿Una lanza? ¿Otra hacha?
El impacto de los metales se podía escuchar mas lejos de mi escondite en algunas ocasiones, pero en otras se acercaban demasiado y solo me quedaba cubrirme.

Cuando se acercaron lo suficiente, uno de ellos logro hacer un pequeño agujero en una de las puertas del armario, permitiéndome poder ver un poco la lucha.

No estaba seguro de quien combatía de forma tan igualada con Darius, puesto que traía una capucha oscura, pero su agilidad superaba con creces a la de Darius, quien no aguantaría por mucho mas, él no podía hacer nada mas que bloquear los ataques de su enemigo y cuando por fin encontraba una apertura, sus ataques eran demasiado lentos para atizarle un golpe.

El encapuchado esquivaba todo a su antojo.

En un momento, Darius se abalanzó contra su contrincante y consiguió empujarlo contra el muro de mi cuarto, logrando agrietar la pared tras el impacto, pero en un descuido, el desconocido sacó una daga de uno de sus costados y la clavó sobre uno de los muslos de Darius, provocando que le soltara y se arrodillara.

El encapuchado soltó una carcajada mientras le daba una patada en la cara a Darius, arrojándole cerca de mi escondite.
De un movimiento ágil, sacó otra daga y la empuñó en su mano, caminado de forma segura y amenazante hacia Darius.

Temí por su vida, y aunque apenas le conocía frente a frente, de verdad temía lo peor.
No tenia mucho tiempo para pensar y empezaba a entrar en pánico, en un arrebato salí presuroso del interior del armario, arrojándome contra el desconocido para derribarlo contra el suelo.

—¡No dejare que le hagas mas daño!— grité, con los brazos extendidos mientras estaba de espaldas hacia Darius.
El encapuchado se levantó y me observó fijamente mientras preparaba su cuchilla.

No podía distraerme, mucho menos teniendo a un asesino armado cara a cara.
Dirigí mi vista desde su daga hasta su rostro, sus ojos rojizos denotaban molestia y se sentía su furia, mas no podía desviar la mirada, no tenía ese lujo

—Idiota...— escuche a Darius quejarse, mientras intentaba reincorporarse, su pierna aun tenia la daga y de la misma goteaba sangre
El encapuchado titubeo, parece que no contaba con que Darius se levantara tan pronto después de todo lo que le hizo
—Tsk... Nos volveremos a ver...— dijo el desconocido, mientras se desvanecía como el humo
Tras eso, Darius se relajo y se recostó contra la pared
Corrí al baño por el botiquín de primeros auxilios y regresé con el hasta donde estaba Darius

La persona que mas admiro: Darius, la mano de NoxusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora