10. Malentendido

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Me levanté de mi asiento por instinto. Connor me miraba con el ceño fruncido y los puños apretados.

—¿Qué pasa, Connor? —pregunté con calma aunque mi expresión era seria.

Él se acercó a mí a grandes zancadas. De sus ojos azules parecían salir chispas, por la intensidad de su mirada. Cuando llegó hasta mí me dio un ligero empujón, lo que hizo que tan solo retrocediera unos pasos. Todos nos miraban atentos y algunos habían sacado sus celulares para filmar o sacar fotos.

—¿Así que intentas coquetear con mi novia? —escupió con enojo. Hubo un murmullo en el aula.

Fruncí el ceño y apreté mis labios.

—¿De qué hablas? —pregunté.

Yo no tenía por qué lidiar con sus dramas adolescentes. A Connor le dio cierta gracia mi pregunta.

—No finjas. Me han dicho que has estado pasando mucho tiempo con ella. ¡Incluso ella se fue contigo durante un entrenamiento! —dijo como si fuera obvio.

Oh, vaya. Connor está celoso. Pero la verdad, lo estaría aún más si supiera que tengo que permanecer siempre cerca de ella.

—Es cierto —respondí.

Connor me miró incrédulo. 

—Bueno, ni siquiera lo niegas —comentó mientras me fulminaba con la mirada—. Pero ella es mi novia, ¿entendiste?

Suspiré y me pasé una mano por la cara. Ahora entendía a lo que Em se refería sobre la secundaria. Aquí entienden todo mal.

—Yo no estoy intentando salir con ella, Connor —aseguré, mirándolo con seriedad.

Connor negó con la cabeza y varios de sus amigos se acercaron a la escena.

—¡Connor! —gritó una voz femenina.

Él abrió sus ojos como platos. Ambos la miramos al mismo tiempo, Sam estaba parada sobre el escritorio del profesor y miraba a su novio con los labios apretados. Samantha se bajó de donde estaba y se acercó a Connor.

—¿Eres idiota o qué? —le preguntó de brazos cruzados.

Connor le hizo señas a sus amigos para que se alejaran y eso hicieron.

—Él está coqueteando contigo, ¿verdad? —dijo señalándome. Rodé los ojos.

Sam me miró e hizo una mueca y se volteó nuevamente hacia su novio.

—Eres un imbécil. —Le dio una bofetada, él abrió mucho sus ojos y la miró mientras ponía su mano en la mejilla que ahora se estaba poniendo roja—. Deberías hablar conmigo antes de ir y armar un escándalo frente a toda esta gente —exclamó furiosa—. Él nunca ha intentado coquetear conmigo, te lo puedo asegurar, ya que tiene novia —dijo finalmente y me miró e hizo un asentimiento.

Mierda, yo no tengo novia. Oh... Pero Sam piensa que es Emily.

Asentí a modo de agradecimiento hacia ella. Connor me miró, pero su mirada era inexpresiva.

—Lo siento —susurró hacia mí y se fue del aula.

Todos en el salón estaban hablando en susurros e intercambiaban miradas. Nos miraban a Samantha y a mí.

Sam tenía una expresión algo triste. Ella me miró por última vez y salió del salón.

- - -

—No puede ser hermano —dijo Evan.

Estábamos saliendo de la escuela e íbamos a ir a una cafetería que estaba cerca de allí a la cual iban todos los estudiantes.

Asentí con una mueca.

—Lamento haberme perdido eso, pude haberte ayudado —comentó y se acomodó su cabello rubio hacia el costado.

Me encogí de hombros.

—De todos modos, creo que estamos bien con Connor —comenté aunque no estaba totalmente seguro.

Caminamos un rato más y llegamos a la cafetería. Había varios estudiantes ahí, unos cuántos del curso en el que estaba Emily. Evan eligió los asientos que estaban en la barra.

Evan se encargó de pedir a la camarera. Luego me di vuelta porque me sentía observado, y mi instinto era correcto.

Un chico que creo que era del curso de Emily me miraba, pero cuando vio que lo noté, decidió acercarse a mí.

—Oye, ¿tú eres el que sale con la nueva? —preguntó algo nervioso, y se pasó una mano por la nuca.

Alcé una ceja. ¿Mi hermana? Dios, ¿por qué todo el mundo piensa eso? Negué con la cabeza. Evan miraba nuestra conversación con sus cejas alzadas.

Al castaño se le iluminó la mirada y sonrió. Luego asintió y se fue.

Me encogí de hombros y me volví a dar vuelta.

—Eres muy famoso, al parecer —comentó Evan con gracia.

Negué con la cabeza y solté una carcajada.

—Todos malentienden todo lo que hago y no hago —comento.

Evan recibe primero su bebida y niega con la cabeza.

—Así es la secundaria hermano. Ni tu ni nadie podrá cambiarla, todo es a base de rumores —dijo y tomó un sorbo de su bebida.

Recibí la mía e hice lo mismo.

- - -

Emily

 —¿Cómo que no podrán darnos el nuevo equipo? —pregunté, incrédula.

Mike negó con la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa.

—Es una orden de la Directora. No se la podemos dar, es tecnología valiosa. Y me temo... que ustedes no son lo suficientemente maduros para usarla —dijo y me miró de reojo.

Lo miré completamente ofendida.

—Eso es injusto —solté e hice chocar el tacón de mi bota contra el piso.

Mike soltó una sonora carcajada. Su cabello canoso estaba peinado hacia atrás con gel.

—Lo siento —dijo y luego continuó con sus labores, ignorándome completamente.

Necesitábamos ese equipo, la gente que buscaba dañar a Samantha tenía tecnología avanzada, no eran unos simples ladrones.

Apreté mis labios y me dirigí hacia el gimnasio, necesitaba golpear algo. Cuando llegué no había nadie, claro, era casi de noche, por supuesto no habría nadie allí. Pero acomodé una bolsa de boxeo y comencé a golpearla, sentía cómo las gotas de sudor comenzaban a bajar por mi frente y mi espalda. Tenía el cabello suelto, así que me detuve e hice una coleta.

—Emily.

Me volteé y ahí estaba Mark, en la entrada, con una sonrisa impecable. Su cabello castaño con ligeras ondulaciones y sus ojos... uno verde y el otro color avellana, ya que tenía heterocromía. Automáticamente esbocé una sonrisa. Él abrió sus brazos y yo corrí hacia él y lo besé.

Hace tanto que no te veía Mark...


 

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2017 ⏰

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