4. Amy

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Samantha

Estaba en clase y ví cuando entró el chico nuevo del que todos hablaban, abrí mis ojos, era alto y con musculatura, probablemente iba al gimnasio, y bastante lindo, pero mi novio era mejor. Así que seguí hablando con Caitlin sin prestarle mucha más importancia al chico nuevo.

—¿Viste lo lindo que es? —mencionó Cait, mirando embobada al chico nuevo—. Es el mismo chico lindo que acababa de mudarse y me pidió indicaciones. Lo que te conté ¿te acuerdas? —Asentí.

—Como sea... —dije, restándole importancia—. Es otro chico más.

—Sam, tú dices eso porque tienes novio y es capitán del equipo de fútbol de la escuela —comentó y suspiró.

—Connor es Connor —dije y alcé mis hombros.

El chico se sentó junto a Reynolds, uno de los que juega con Connor. La clase inició, yo estaba prestando atención, siempre lo hacía, sólo que piensan que porque soy la "popular" no tengo cerebro. Sólo soy algo rebelde...

Estaba esperando a que el profesor abriera el cajón de su escritorio... para nada importante en realidad...

No había con qué escribir en el pizarrón y BOOM sucedió, sonreí satisfecha al ver la cara del profesor llena de colores.

—No, Sam... Nos castigará a todos y a ti te suspenderá —aseguró Caitlin con pánico.

—Tranquila, yo me hago cargo —expliqué con una sonrisa maliciosa.

—¡¿Quién hizo esto?! —preguntó el profesor, muy molesto.

Me levanté de mi asiento y me paré sobre la silla.

—Ahora su rostro sí vale la pena ser visto —comenté cruzada de brazos y con una sonrisa victoriosa.

—¡A dirección, Jones! ¡Ya! —gritó y bufé.

Como si fuera lo peor...

Todos en la clase reían y me idolatraban, como siempre. Miré al chico nuevo que estaba sorprendido y le sonreí burlonamente. Luego de eso fui a dirección y la directora me gritó como siempre, y me dio un castigo, tenía que quedarme hasta tarde para limpiar la cafetería.

Genial.

Salí hecha una furia y de camino a la salida, de un pequeño vistazo vi a la otra chica nueva de la que todos hablaban. Era normal. Cuando estaba por volver a entrar a clases el timbre sonó, indicando la hora del almuerzo. Decidí no esperar a Caitlin y a Connor, ya que de todos modos, nos íbamos a sentar dónde siempre.

Fui la primera en recibir la ración de comida de la cafetería, y el día de hoy se veía comible, supongo que era para impresionar a los alumnos nuevos, pero no duraría. Cuando me senté, minutos después la chica nueva se sentó a mi lado con su propio almuerzo. La miré con los ojos muy abiertos y mis cejas elevadas, claramente sorprendida.

Era una chica de cabello castaño y ojos color verde.

—Hola, soy Amy —se presentó y extendió su mano. La estreché, dudando—, soy un año menor que tú. —Levanté una ceja.

—¿Cómo sabes de qué curso soy? —pregunté, era muy extraño.

Lo dudó un poco, pero finalmente respondió:

—¿Quién no conoce a la famosa Samantha Jones? —señaló divertida.

Guau, los chismes llegan rápido y aún más para los nuevos, al parecer.

—¡Agh! por favor... no me digas Samantha, es demasiado serio para mí. Dime Sam.

—Claro —aceptó y sonrió, para luego comer su sándwich.

Luego vino Caitlin y se sentó a mi izquierda, después de ella Connor se sentó en frente nuestro, los dos me miraron extrañados, miraron a la chica y se miraron entre ellos.

—¿Quién es ella? —preguntó Caitlin, señalando a la chica a mi lado.

—Se llama Amy, creo —contesté y bebí de mi agua—. Es un año menor.

—Hola —saludó ella, alegre.

Connor la examinó y sonrió. Enarqué una ceja, mirándolo fijo, cuando notó que lo había visto me lanzó un beso imaginario.

—Allá está —dijo Cait y señaló al otro chico nuevo que estaba caminando por la cafetería junto con ese chico, Evan, creo.

—Estás obsesionada —observé y rodé los ojos.

—¿A quién ven? —preguntó Connor y giró su cabeza para ver—. Ah... ese es el nuevo. Me dijeron que se quiere anotar en mi equipo. —Rio—. No le será tan fácil entrar, sólo los mejores entran.

—No seas tan arrogante... —dije y rodé los ojos—. Seguramente es mejor de lo que piensas.

Rodé los ojos. A veces Connor se comportaba como un verdadero imbécil con los demás.

Amy miraba atenta y con diversión todo lo que hacíamos, parecía ser una chica muy divertida, bueno, todo el tiempo que habíamos pasado. Nunca nadie se había integrado a nuestro grupo y menos de la manera en que lo hizo ella. Todos piensan que soy una chica mimada, arrogante, la reina del lugar, pero son sólo rumores, si no estás conmigo siempre, no puedes llegar a conocerme del todo, lo que hacen es simplemente juzgar, por las apariencias. Todos me siguen e idolatran porque piensan que soy un ejemplo a seguir, pero no lo soy. Soy una chica más, que les gusta hacer bromas, en especial a los profesores.

El día pasó rápido, nos divertimos, también haciendo bromas. Connor me dijo que fuera mañana a ver al equipo, ya que tendría que elegir a nuevos, y era su parte favorita, hacerlos sufrir. Por mi parte, invité a Amy, ya que a Cait no le gustan los deportes. Antes de volver a mi hogar tenía que cumplir con el castigo que e habían asignado, así que rápidamente me puse a limpiar la cafetería, que estaba hecha un asco. Luego de eso me fui a casa. Como siempre mi padre no estaba, así que me la pasaría sola. Ya estaba acostumbrada, de todos modos.


Espias En La SecundariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora