<< Parecía un día brillante,
Una idea en mi mente comenzó a salir.
Yo corrí sin dudar y dejé aquel lugar donde estaba.>>Llevaba tiempo esperando en la banca de ese parque, se sentía frustrado y movía los pies con cierta ansiedad a la espera de algo... No, más bien, de alguien.
Reaccionó a las pisadas que se acercaban, haciendo crujir las hojas secas del suelo, víctimas de la llegada del otoño.
-Te tardaste...¿Sabes lo mucho que odio esperar?
De alguna forma se sentía feliz, parecía que esa frustración y ansiedad se esfumaban momentáneamente.
Pero... ¿Quién es esta persona?
-L-lo siento, estaba...resolviendo algunas cosas antes de venir.
-¿Cosas más importantes que yo?-Cuestiona haciendo un puchero que logra sonrojar al otro.
-No...-Duda, de cierta manera.
-Bien, dime entonces qué es lo que querías hablar conmigo.
-Necesito...que te quedes con Karl...Q-Quiero decir...que lo cuides un tiempo.
¿Karl? ¿Quién...es Karl?
-¿Por qué?
-Yo...no estaré aquí por...-Titubea en continuar, pero al fin consigue tranquilizarse y concluir- por unos días.
¿Qué es esta extraña nostalgia? ¿Por qué me parece que eso último no es verdad?
-¿Lo harías?-Insiste.
-De acuerdo, ¿Cuándo vuelves?
De nuevo hay duda y temor en el otro...
-Pronto...-Sonríe.
-Vaya, cuanta exactitud-Se queja con sarcasmo.
El más alto ríe débilmente y baja de sus hombros al mapache que había permanecido quieto y extrañamente desanimado. Lo entrega al menor, no sin antes sostenerlo frente a su rostro con una mirada nostálgica.
-Cuídate, no le des problemas-Advierte en un débil susurro.
Cuando al fin terminó de soltarlo da un paso hacia atrás, tomando aire para hablar de nuevo.
-Nos vemos.
-¿Qué? ¿Te tienes que ir tan pronto?
-Sí...-Murmura, mordiéndose el labio inferior para que éste dejase de temblar.
¿Por qué...estoy tan triste?
-Pero...
Interrumpiendo sus palabras, una presión se planta en su frente, dura apenas un instante pero consigue agitarle y volverle un completo revuelo de ideas y sensaciones confusas.
-Lo siento, me tengo que ir.
Ese calor tan cercano se aleja de golpe, dejándolo con el frío viento de esa capa al agitarse en el momento que el otro se da vuelta para irse sin siquiera permitirle una queja, una explicación y mucho menos corresponder.
Mientras tanto en sus brazos, el animalito se removía y chillaba deseando correr con su amo, agitaba sus patitas con desesperación.
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Lord help my poor soul
أدب الهواةEl producto de una decisión desesperada por salvar al ser amado, el dolor de la pérdida y...un nuevo comienzo. Inspirado en un RanPoe AU-Vampírico que leí hace un tiempo. ¡Por un mundo con más RanPoe! *Créditos al autor o autora de la imagen