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<<Transformando las lágrimas
en una dulce canción,
la tristeza vencí
cuando sentí tu calor.>>


<<Tarea dura es cambiar el mundo,
eso es lo que oí
pero se podrá hacer el intento.
Porque con luz
la oscuridad se puede vencer,
continúa, continúa caminando a mi lado.>>

<<¿Acaso tú podrás
dulcemente recuperar
los sueños que tenía y aquel a quien amaba?>>

<<Una forma de amor
que tan sólo imaginaba.
Eres tú...
lo que por siempre busqué.>>




Siente su respiración agitada, de vez en cuando limpia las lágrimas que no dejan de acumularse en los párpados pero después de un tiempo le da igual. Su mente en blanco, incapaz de razonar nada por el momento, sólo tiene en mente el objetivo que se vislumbra a una distancia cada vez menor; el eco de sus propios pasos resuena acompañando la imagen de las bodegas del puerto apenas iluminadas por la luz de la luna.

El tono de llamada es ignorado a pesar de las repetidas ocasiones en que se presenta, sabe que los demás ya se han percatado de que abandonó el sitio seguro en el que prácticamente había sido recluido. No fue más que un idiota que se dejó manipular por Dazai mientras este daba rienda suelta a un estúpido plan armado a sus espaldas.
Ingresa al lugar azotando las puertas y el corazón se le estruja, el tiempo se congela en aquella imagen y siente su mundo derrumbarse a pedazos sin poder evitar que un lastimero gimoteo se le escapara de los labios.

El piso está cubierto de manchas de sangre y en medio del sitio Osamu arrodillado junto al cuerpo del escritor, una de sus manos cubre la mirada hace un tiempo ya sin vida cerrándole los párpados.
Levanta la vista en cuanto es consciente de de la presencia del detective sin sorprenderle demasiado que estuviera fuera del área que dispuso para su seguridad.

-Ran...-No le permite continuar y el sonido de la bofetada con que le ha golpeado el rostro sigue al empuje que brinda con ambas manos para alejarlo del escritor haciéndole caer sufriendo así el dolor sus propias heridas.

La expresión furiosa que el de ojos verdes trataba de imponer para no romperse ya no se puede mantener cuando resguarda el rostro de Edgar pasando los dedos por la pálida piel.

-¿Qué demonios hiciste?-Reclama en un susurro.-¿Qué hiciste? Maldita sea.

Apoya la frente contra el pecho del mayor, el agarre ahora se ejerce sobre la ropa, fuerte y tembloroso. El llanto desborda en silencio cayendo continuamente sobre la ropa ensangrentada de Poe.

El intento del otro por tratar de consolar a Ranpo es rechazado, la mano que trató de posarse sobre el hombro del azabache es alejada de golpe.

-¿De qué ha servido, Dazai?-Cuestiona sin mirarle, los dedos de su mano libre acarician los rizos caoba.-¿De qué ha servido ganar esta batalla si el precio tuvo que ser él?

-Evitar que la vida perdida aquí fuera la tuya.-Le responde sin hacer nada por evitar que el otro lo tomara por el cuello de la camisa ante la naturalidad de sus palabras.-Es lo que ambos queríamos, la guerra no terminará pronto asi que no podíamos perderte. Él más que nadie sabía lo vital que eres para llevarla a su final.

Aunque estuvo por responder de forma hostil Ranpo desiste, la mirada se desvía evidenciando que sus pensamientos habian tomado un rumbo diferente, el brillo repentino que el más alto nota es de inmediato disimulado por alguna razón.

Lord help my poor soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora