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<<Con esta soledad,
incluso si el tiempo deja de correr.
Porque cada camino
continúa guiándonos.>>

<<Aquí podemos abandonar
nuestro dolor ahora,
a pesar de que no refleje
el color de tus lágrimas.>>

<<Ojalá el que al menos me veas viviendo sea suficiente.>>


Poe se encontraba concentrado en su trabajo, revisando a detalle el texto en sus manos después de haber avanzado satisfactoriamente aquel capítulo durante la tarde.
Después de la búsqueda de errores y comprobar que cada línea se hallara en orden cambió a una hoja limpia para continuar con el escrito, pero antes de que la pluma alcanzara el tintero unos golpes en la puerta llamaron su atención.

—Señor Poe.—Desde el espacio entreabierto Lilith se asoma curiosa.—Ya son casi las siete y no le he visto comer nada desde que llegué. Esas malas costumbres suyas le harán mal.

—Lo siento.—Dejando su labor de lado se recrimina a si mismo por el olvido, tratar con un humano significaba no dejar que este tipo de detalles pasaran por alto si quería evitar sospechas sobre su identidad.—Había estado tan concentrado en esto que no sentía hambre.

—Si se enferma entonces no podrá presentar su trabajo en la publicación del fin de semana.—Advierte, dejando un poco su seriedad para dejar un tono casi infantil de reclamo.—Los lectores están al pendiente de su historia y si faltamos con el nuevo capítulo nuestras ventas se desploman. Como hija del dueño de la editorial mi deber es asegurarme que eso no ocurra por eso será mejor que salga de aquí y me acompañe a la cocina.

—De acuerdo, me rindo.—Ríe ante la advertencia levantando los brazos en señal de derrota.

Poco después ambos ya estaban comiendo algo improvisado de último minuto por la chica quien hizo lo que pudo con la escasa despensa existente en la alacena.

—Es realmente un desastre, señor Poe.—Suspira ella, el gesto de mal humor fingido se rompe cuando decide reir para relajarse.—Con esa desatención hacia si mismo no entiendo como es que sigue vivo.

El escritor se tensa y desvía la vista sin dar una respuesta antes de tomar un sorbo de café, Karl aprovecha el momento para alcanzar el regazo de Lilith y esta no duda en comenzar a mimarlo.

—Mañana tiene que reunirse con mi padre.—Avisa de un modo más tranquilo y formal.—Me ha dado el recado antes de que saliera de casa.

—¿Sucede algo?

—Nada en realidad.—Se alza de hombros llevando la taza de porcelana a sus labios manteniendo silencio unos segundos antes de volver a hablar.—Supongo que quiere plantearte personalmente las razones del porqué yo podría ser una buena esposa para ti.

Apenas concluir Lilith escucha al mayor atragantarse con su comida y prefiere mirar hacia otro lado para no reir por tal reacción.

—¿Que quiere qué?—Alcanza a cuestionar Allan una vez que se ha recuperado.

—Lleva tiempo insinuando el tema cuando nos reunimos con él antes de las fechas de publicación, pensaba que sólo evadías el asunto de una forma amable pero acabo de notar que al parecer ni siquiera te habías dado cuenta de sus intenciones.

Lord help my poor soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora