" ¿Como le hizo el marica de ru hermano para conseguirse a esa chica? Está buenísima"
Fue lo que Bradley y tú escucharon a través de las paredes antes de que Caleb y su padre salieran a pasar un rato.
Bradley te miro, pensando que tal vez sentías pena por lo que el imbécil de su padre decía.
- Brad, ¿Estás bien?.- preguntaste detrás de él.
- Solo estoy cansado de ese idiota.- dijo con su pulgar e índice en el puente de la nariz.
- No pasa nada, es solo una persona incoherente.- lo abrazarte por la espalda, te relajaste sintiendo su respiración.- Sabes que te amo Brad.
- Es imposible que puedas amarme.
- Brad, no otra vez.- reiste apenada, sabias lo que seguía
- Lo lamento, es solo que aún no entiendo como una Barbie como tú se fijó en este mono.- dijo girandose y abrazándote por los hombros.
- No eres un mono.- reiste a carcajadas.
- Lo soy...-rio
- No, no lo eres.- subiste tus manos por su pecho hasta acariciar sus mejillas, sus manos ya estaban en tu espalda baja.- eres mi todo Brad, no me veo con nadie más. Fuiste mi primer hombre... Y espero también seas el último.
Bradley te beso lento, su calor te penetraba como anillo al dedo.
- Tengo frío.- se te ocurrió decir.
- Yo te caliento.- dijo acostando tu cuerpo sobre la cama y colocándose sobre ti pero dejando el peso en el colchón, reiste por su comentario anterior.
- Lo haces.- dijiste girando para quedar tu sobre el, sus manos pasearon por debajo de tu sudadera, en tu piel desnuda.
- Bradley...- había algo que prendía a Brad y era que se lo pidieras de esa manera en la que sólo tu sabías, y estabas por hacerlo.
- Por favor no lo hagas o no podré detenerme.
- Hazme el amor bradley.- susurraste sensual en su oído. Aquel chico saco su sudadera como pudo y cerró los ojos mientras te seguía besando, después se encargo de la tuya, le gustaba como sus manos grandes abarcaban mucho espacio en lo chica de tu cintura.
Desabrochaste su pantalón y después te ayudo a sacarlo, el hizo lo mismo, extendió tu cuerpo sobre la cama y beso tu cueyo, tu pecho, tu abdomen, después entro en ti, con movimientos dulces y autocomplacientes.
Pee había algo que amabas de hacerlo con Bradley y era que, no importaba que tan romántico empezará siempre terminaba de forma brusca.
Empezó a besar tu cuello con euforia y no le importo dejar marcas en lugares que más tarde la tela cubriría.
- Vamos Brad, muévete así.- le dijiste, besabas su cueyo como podías.
Había algo que te volvía loca y era su ancha y tonificada espalda así que la arañabas conforme sentías el placer llegando.
- Te amo muñequita.- dijo entre jadeos y supiste que el ya había llegado pero siguió unos segundos más para que llegará el momento en el que cerrarían su encuentro, y era que dijeras su nombre.
Si mientras estabas por llegar no lo hacías, se detenía eventualmente haciendote sufrir y haciéndolo menos placentero para ti, era como un castigo. Maldito Bradley.
Así que comenzaste, diciendolo entre susurros hasta que subieron de tono convirtiéndose en gritos.
Esa era la manera en la que Bradley te hacia el amor.
