Capítulo 7: "Las cosas claras"

8K 733 310
                                    

Ya era miércoles y parecía que Draco y Harry volvían a ser los de antes. Las pullas crueles eran de nuevo costumbre en el Gran Comedor, pero solo para el público. En privado, ni siquiera se miraban.

Se podría decir que habían perfeccionado el arte de ignorarse, tanto como para conseguir en solo dos días, una convivencia que no reconocía la existencia del otro. Y sin embargo, Draco sentía con más intensidad que nunca cómo se le ponía el vello de punta cuando Harry estaba a menos de tres metros de él. Este por su parte, no necesitaba mirar al rubio para saber con exactitud cuál era su paradero. En parte, se ayudaba por el mapa del merodeador cuando Draco estaba demasiado lejos como para percibir su presencia, pero cuando compartían espacios, habría jurado que hasta sabía cómo se sentía. Malfoy se había vuelto a ocultar tras su carátula de siempre, pero de alguna forma, Harry ahora podía percibir que era una fachada falsa, antinatural.

Aunque ambos actuaban como si el fin de semana no hubiera ocurrido nunca, por dentro eran demasiado conscientes de que había sido real, y eso desembocaba en un resentimiento recíproco que estallaba cuando había espectadores. Los dos sabían, aunque inconscientemente, que si explotaban en privado, las cosas podían terminar yendo por derroteros que ninguno estaba dispuesto a aceptar.

Habían adaptado sus horarios para no coincidir más tiempo del necesario en un mismo espacio, con lo cual esos días no habían coincidido más de media hora en el mismo sitio, excepto cuando dormían, único momento en que soportaban sus diferencias (y sus puntos en común). Sin embargo, aquella tarde tendrían que permanecer dos horas en la clase de Snape, sentados demasiado cerca como para que pudieran evitar roces.

La doble sesión de Defensa contra las Artes Oscuras siempre había sido la favorita de Harry hasta que Snape había conseguido el codiciado puesto de profesor. Cuando Gryffindor y Slytherin coincidían en la misma clase, la convivencia siempre era difícil, pero siendo el profesor el jefe de la casa de la serpiente, las diferencias entre ambos grupos se acentuaban.

El trío dorado llegó al aula veinte minutos antes de que la clase empezara, por lo que pudieron disfrutar de un tiempo a solas antes de que empezaran a llegar el resto de alumnos.

─Creo que te has pasado, Harry ─dijo Hermione tentativamente. Que hubieran llegado tan pronto al aula de Snape no era casualidad. Durante la comida, Malfoy y Harry habían montado uno de sus numeritos, y para evitar males mayores, Hermione y Ron habían arrastrado a su amigo fuera del Gran Comedor.

─Oh, venga, Hermione, el hurón se lo merecía ─intervino Ron, con una sonrisa resplandeciente en la cara, pues los últimos días le habían demostrado que cualquier tipo de acercamiento entre Malfoy y su amigo había sido producto de su imaginación.

─Podías haber hecho que nos bajaran muchos más puntos, y no vamos sobrados si queremos volver a ganar la Copa de las Casas ─le reprendió Hermione.

Harry no dijo nada. Esos dos últimos días, las palabras hirientes del rubio, su actitud, le habían recordado por qué siempre le había odiado. Sin embargo, cada vez que pensaba fríamente sobre uno de sus intercambios de insultos tan característicos, no podía evitar sentirse vacío por dentro, como si todo fuera ficción. Él no quería darle un puñetazo porque fuera un snob elitista, ni por sus insultos, ni por meterse con sus amigos (bueno, igual por esto último, sí). Harry no podía odiarle por algo que evidentemente era una especie de disfraz de supervivencia. No. Harry le quería reventar la nariz (de nuevo) por la confusión que sentía desde que habían empezado a compartir habitación, le quería gritar que era un cobarde por esconderse y no afrontar lo que hubiera que afrontar, le querí-... en realidad, estaba confuso, y no era como si pudiera hablarlo con sus amigos.

─Hey, tío, ¿estás bien? ─preguntó Ron, preocupado ante la mirada ausente de su amigo.

─Sí, sí, solo pensaba... ─respondió el aludido─. Por cierto, Hermione, no te pedí disculpas por lo del otro día. Lo siento si he estado ausente estos días... Esto de Malfoy me ha tenido muy... distraído. Aún estoy adaptándome a tener que convivir con él y...

La habitación rojiverdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora