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Decidí montar una fiesta aquella noche, para celebrar que tenía nuevo apartamento. Realmente había trabajado duro para conseguirlo, el año pasado compartí piso con tres personas extrañas, tuve dos trabajos y los fines de semana cuidaba la pequeña hija de mi hermana mayor.

Podía decir que me merecía esto, no era un departamento muy grande pero para mi estaba perfecto. Una pequeña sala de estar, una cocina, una habitación con una gran ventana donde entraba buena luz por las mañanas, dos baños: uno para invitados y otro en mi habitación, el cual tenía una hermosa tina para relajarme. Y por último, un pequeño patio.

Mi mejor amigo Dolls me estuvo ayudando toda la tarde a decorar el apartamento para la fiesta, me prestó sus luces de colores y me regaló cuatro botellas de Ron. A cambio, le compré una pizza de su gusto favorito para cenar.

-Es un lugar realmente lindo, me gusta la zona porque estas cerca de tu trabajo y también de la calle principal. - Me dijo mi amigo, con comida en la boca.

-Sí, es por eso que elegí vivir aquí. Además la renta es súper económica. - Miré alrededor, chequeando todo.

-Bueno, ya falta poco para que la gente comience a venir. ¿Has invitado a muchas personas?

-No muchas, a la mayoría de mis amigos de la universidad y del trabajo. - Levanté mis hombros y tomé otro trozo de pizza.

-Nicole, debo advertirte que vendrán más de 40 personas...

-Era la idea. - Arrugué mi nariz, tratando que mi amigo no se preocupe. -Quiero celebrar, vamos Dolls, no seas aburrido.

A eso de las once de la noche, mis amigos empezaron a llegar, por suerte, con bebidas bajo el brazo. Si había algo que me encantaba de Purgatory, era la forma en la que la gente bebía. Parecían no tener un límite con las bebidas blancas.

Todos pasaban por la puerta y me abrazaban para darme sus felicitaciones.

Ya eran las dos de la madrugada y la música sonaba muy fuerte, la gente dentro bailaba, los que estaban afuera fumaban mientras se ponían al día, ya que varios luego de terminar nuestra carrera universitaria no habíamos tenido tiempo de charlar.

Yo ya estaba un poco ebria, tras beber dos shots de tequila y algunos vasos con ron. Me encontraba charlando a un costado de la sala de estar con mi amiga Alissa, quién estaba embarazada de siete meses. Terminé la conversación porque Dolls, del otro lado de la sala, me hizo una seña con la cabeza.

Él era muy buen amigo, en la universidad estábamos codo a codo todo el tiempo. Es muy estricto con todo, siempre trata de hacer las cosas como es debido. A veces es un poco molesto ya que no me deja disfrutar cuando salimos de fiesta, porque me saca las bebidas de la mano cuando empiezo a sentirme torpe. Pero fuera de todo eso, es un amigo a quien le confiaría mi vida.

Me dirigí hacia mi habitación, unas cinco personas estaban sentadas en mi cama y otras en el suelo, fumando marihuana. Podía notarlo por aquel olor peculiar.

-Oh, hey. Hola. - Les dije un poco incómoda, ya que a la mayoría no los conocía.

-Hola Nic, ven, siéntate. - Me dijo mi amigo Bobo. - Estamos prendiendo esto. No te preocupes por nada.

-Hum... Está bien. - Dije un poco insegura, ya que la última vez que había fumado aquello no había sido muy agradable.

-Por cierto, es un hermoso apartamento. Te felicito chica.

Le sonreí y tomé aquel cigarro. Inhalé el humo que se quedó en mi garganta, luego lo saqué.

Una hora después, la fiesta había terminado, las últimas personas se estaban marchando tras saludarme.

Coincidencia. PAUSADA [Wayhaught]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora