Los desintegrados

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Sus palabras me enferman, me ponen mal. Me llaman a rebelarme, a desear gritar y  expulsar toda mi frustración.
Las odio, las detesto como un loco a las camisas de fuerza que le impiden hacer lo que quiere, y buscar lo que necesita.
Porque  ése es mi día a día. Lidiar con la rabia y la poca consideración. Y con el más fuerte que siempre quiere pisotear al  más débil, sin compasión.
Porque los de mi tipo no conocemos los mundos felices, donde jamás podremos entrar. Somos los hambrientos que miramos a través de la ventana, mientras otros devoran grandes banquetes.
Siempre estuvimos. Siempre estaremos. Y ellos también.

Aquí intento expresarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora