John
Dios. ¡Ha sido la mejor idea que he tenido en toda mi vida! Paul es tan inocente, es lo que me gusta de él. Por su puesto que me siento un poco mal. Ahora tengo que ir a comprar una cámara porque ni si quiera tengo una y si quiero evitar que mi mentira sea descubierta tengo que ser lo mas convincente posible.
Después de vestirme con un conjunto cómodo salí aprisa de la casa en busca del centro comercial, no tenia auto así que me tocaría ir en transporte publico. Me puse la capucha de la sudadera y unos lentes oscuros para evitar que alguna fanática loca me viera y me secuestrara o algo parecido.
El camino fue muy difícil, no conocía ninguna de las rutas y me equivoqué de camión más de dos veces, sin contar que casi había sido descubierto también. Cuando por fin llegue al centro comercial, entre a una tienda donde vendían aparatos electrónicos. Elegí una Rollei 35 muy bonita que servía para tomar fotos y grabar, tome tres rollos y fui a pagar. Le dí mi tarjeta de crédito al vendedor y salí de ahí. Antes de llegar a la salida vi una tienda de regalos y automáticamente pensé en Paul. Entré y elegí una caja de chocolates, eran mis favoritos y apuesto que a el le iban a encantar. Después compré un gran ramo de rosas rojas. Con las manos llenas logre parar un taxi, subí y le di la dirección al chofer. Después de unos 20 minutos al fin llegué a la casa. Toque la puerta y el narizon abrió. Frunció el ceño al verme con las flores y bolsas cargando.
- Disculpa.- le dijé y pasé empujándolo un poco.- ¡Paulie amor!- grité con fuerza. Sin embargo, Paul no bajaba.- ¡PAAAUL! ¡BEBE!- Al fin apareció en la parte de arriba con George tras él que río al verme.
-¿Qué!?- bajó rapidamente.
- ¿Para quíen son esas flores John?- sonrió George.
-Pues para mi novio, duh.
-¡¿EH!?- Se acercó Ringo confundido.
-¡John!- me reprimió Paul.- Te dijé que sería un secreto.
-Perdón, es que no puedo evitarlo, quiero que todos sepan que tu y yo somos pareja.- Le sonreí.
-Wow. Demasiado rapido.- Dijó George.
- Mira, son para ti.- Le extendí las rosas y Paul se ruborizó.- Y estos los comeremos juntos al rato pero diré que también son para ti.
-Gra... gracias.
-Bien, ahora subamos a nuestra habitación.- lo tomé del brazo y comencé a arrastrarlo por la escalera dejando a los otros dos con la boca abierta.
-¡Paul! Recuerda que tenemos que ir a trabajar.- gritó Ringo.
-No se me olvida.- le contestó Paul como pudo.
-No te preocupes Rings, yo se lo recordare, para eso estoy.- sonreí y me mató con la mirada.
Entramos al cuarto y solté a Paul. Dejó los chocolates y las rosas encima de un mueble.
-¿Y?- cuestioné
-¿Qué?
-¿Te gustaron las flores?
-Ah, si.- sonrío levemente y se recosto en la cama. Fruncí el ceño ante su respuesta. Me acerqué y me acosté a su lado.
- No luces feliz.- Me miró haciendo que quedaramos cara a cara, dió un gran suspiro y regresó su vista al techo.
-Lo siento, es solo que tal vez no me gusta que me manipules.- dijó con sarcasmo.
-O tal vez si te gusta pero aparentas que no.- Me acomodé de tal manera que quedé encima suyo. Arquee una ceja.
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Radio 9.57 •McLennon•
De TodoJohn Lennon el cantante del momento, después de su gira mundial que le dió más éxito del que ya tenía, regresa a su bello Londres, con su manager Brian Epstein y su "asistente" que más que eso es su mejor amigo George Harrison a tomarse unas pequeña...