Capitulo 9.

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Paul


Me dejé llevar. Me dejé llevar porque la sensación que John me proporcionaba al besarme de esa manera era exquisita era magnifica. Tenerlo semidesnudo con el cuerpo húmedo tomándome por la cintura se sentía tan maravilloso que hizo que todo mi estrés se esfumara por completo. Y ya me importaba un carajo si yo solo significaba sexo para él, no iba a parar ahora. 

Seguimos besándonos apasionada y lentamente, John subía y bajaba sus manos por mi espalda y yo hundía mis dedos en su mojado cabello. Nos separamos unos segundos a falta de aire pero seguimos casí inmediatamente. John me tomó de los muslos y me cargó, enrollé mis piernas en su cintura y comenzó a caminar, no podía ver hacia donde íbamos hasta que me recostó sobre el piano e hizó que nuestras intimidades rozaran sacándole un gruñido. Alcé una ceja y sonreí levemente.

-Una disculpa, es mi sueño frustrado.

-¿Hacerlo en un piano?- solté una pequeña carcajada.

- Hacerlo en un piano contigo.- me sonrío malévolamente y volvió a unir nuestros labios.

Empezó a quitarme la camisa y en un movimiento se pegó más a mi haciendo que ambos pudiéramos sentir nuestra ya muy crecida erección. Bajó sus labios a mi cuello para besar y morder, dejando varios rastros húmedos. Mientras seguía besando mi cuello comenzó a restregar su intimidad en mi trasero simulando pequeñas embestidas aún por encima de la ropa, ante aquello los dos soltamos ligeros gemidos. 

-Oh John...

Se me escapo uno un poco más fuerte lo que al parecer hizo que John se encendiera más, soltó varios gruñidos y sin esperar mucho se deshizo de mis delgados pantalones del pijama quedando ambos en bóxer. Se quedó parado por unos segundos solo viéndome de pies a cabeza.

- ¿Pasa algo?- pregunté.

-Es solo que eres perfecto Paulie.- dijó y me tomó por las mejillas besándome de nuevo. - Creo que estamos olvidando algo...

-En la habitación.- dijé y alzó las cejas sorprendido.- Todo hombre debe tener preservativos Lennon.- complementé divertido.

- Pero yo lo quería hacerlo en el piano.- dijó con un puchero y pusé los ojos en blanco.

- Supongo que otro día.

- Ya que.- solté una pequeña risa, parecía un niño de 5 años.

Iba a empezar a caminar pero de repente John me cargó  y caminó hacia la habitación conmigo en brazos.

-¡No John! ¡Bájame!- le dijé sin poder evitar reír a lo que se me unió. 

Cuando llegamos al cuarto por fin me bajó y cerro la puerta, al instante me beso de nuevo, pero ésta vez con más lujuria, tomó mis muñecas y me estampó contra la pared. Comenzó a bajar sus besos por mi cuello, por mi pecho y estomago hasta llegar a mis calzoncillos. Me dio una mirada rápida antes de comenzar a besar y chupar mi miembro por encima de la ropa. Aquello me daba tal excitación que empece a soltar gemidos sin parar.

- ¡John!... Ahh...

Tomo mis bóxers y los quitó de un solo movimiento, agarró mi miembro y después sentí el calor de su boca, lo metía y lo sacaba, lo tomé del cabello para hacer que sus movimientos fueran más profundos. Lamía, besaba y mordía. Sabía hacerlo tan bien. Comenzó a acelerar sus movimientos y sentí un calor en mi estomago.

- Jo- John, voy a...- Estába a punto de llegar hasta que se detuvó.- ¡Hey!- me quejé.

- Aun no, cariño.- contesto y se levanto para quedar cara a cara, me lanzo una sonrisa, muy sexy a decir verdad, y luego me volvió a besar. Me tomó de los muslos y me levanto para poder caminar hacia la cama, se sentó en la esquina conmigo sobre el, tomo mi cintura y sin dejar de besarnos empece a hacer movimientos hacia atrás y adelante, logrando que John soltara varios  gemidos entre besos. De un momento a otro me cargó otra vez para recostarme y ponerse encima de mi. Se quitó por fin los bóxers quedando ambos ya completamente desnudos. Lo tome por el cuello atrayéndolo hacia mi y poder besarlo de nuevo, al hacerlo nuestras intimidades se rozaron y salte un fuerte gemido. John siguió restregando nuestros miembros y soltando leves gruñidos. 

-¿Dónde?-preguntó agitado.

- En el cajón.

Sin demorarse demasiado sacó un preservativo y se lo pusó. 

-¿Estás listo?

- Desde hace un rato.- le contesté haciendo que riéra. 

Volvió a posicionarse sobre mi y me besó, entro de repente lo cual hizo que soltará un gemido de dolor y esperó un momento a que me acostumbrara.

-Tu dime cuando estés preparado.

- Que experto.- le contesté divertido.

-Supongo que esa es la señal.- dijó y empezó a dar pequeñas embestidas lo que hizo que me aferrara a su cuello. Comenzó a moverse más rápido logrando tocar un punto que me volvía loco. 

- Dios John... Ahh... más rapido.

Obedeció y se movia mas rápido y con más fuerza. Me besó otra vez sin dejar de penetrarme, éramos él y yo vueltos uno. La casa se inundaba con nuestras respiraciones agitadas y quejidos de placer. Luego de un rato comencé a sentir otra vez ese calor en mi estomago bajo. Mi excitación se multiplicó y mis gemidos se hicieron más fuertes y repetidos. John hundió su cara en mi cuello y lo comenzó a morder y chupar tratando de aguantar sus gemidos. 

- Ohh... Paul...

Luego de pronunciar mi nombre con su voz ronca John se vinó dentro del preservativo y segundos después ante aquel acto no pude evitar hacerlo yo también, manchando ambos abdómenes. Se quito el condón y lo tiro a la basura, para después recostarse a mi lado.

- Eso fue hermoso  Paulie.- me rodeó la cintura con sus brazos y besó mi mejilla. No dijé nada, puesto que sabía que dentro de unas horas iba estar arrepentido, por suerte no insistió y se quedó dormido. Luego de un rato de descanso, me levanté y fuí hacia el baño ya que tenía que estar listo para ir a trabajar. Tomé una ducha y me vestí, despues agerré los chocolates que John me había regalado y bajé a la sala a ver un poco de TV mientras los demás llegaban. 


Radio 9.57 •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora