Capítulo 2

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Me encontraba revuelta en mis sábanas y con mi cabello por toda mi cara. Fruncí el ceño al recordar lo que había pasado el día anterior.

El sonido chirriador de la puerta abriéndose me llamó la atención. La figura de mi madre acercándose hacia mi se interpuso en mi campo visual.

–Anna cariño, entiendo que no nos quieras hablar, pero déjame decirte porqué tomamos ésta decisión- me pidió con su dulce voz. Mi madre se veía realmente preocupada, y como si hubiera estado llorando. Odiaba verla así, me hizo sentir tan culpable. –Verás, hace dos meses el jefe de tu padre le ofreció un nuevo empleo en una importante empresa con un gran puesto y mayor sueldo...- hizo una breve pausa, como si estuviera recordándolo. Prosiguió. –Y eso significaba una mejor vida y educación para ti. Primero James me lo consultó a mí, pasaron los días y aceptamos, solo faltaba decírtelo a ti, y tal vez pienses que no nos importa tus sentimientos o todo lo que tienes aquí, pero solo lo hicimos por eso, para que tú tengas una mejor vida en un futuro.

–¿Cuándo nos vamos?- pregunté con la cabeza gacha.

–Mañana- un intenso dolor en el pecho me invadió, no quería irme, no quería dejar todo lo que tanto me costó construir. Pero lo tenía que entender pues ellos solo lo estaban haciendo por mí.

–Espero que lo entiendas, cielo- susurró dándome un beso en mi cabello para luego irse.

Una vez que mi madre se fue de mi habitación, me encaminé hacia el baño. Me miré al espejo, mi cara estaba hecha un asco: mis ojos estaban rojos, además de que mi rímel se había esparcido por mi frente, tenía un camino de baba que comenzaba en mi boca y terminaba en mi cuello.
Me refregué el rostro con agua hasta que ya no había rastro de maquillaje o saliva abundante.

En mi cabeza se presentó un enorme debate interno sobre cuándo les debía que decir a Claire, Luke y Tyler que me iba y que no sabía cuando iba a volver.



En la mañana me levanté sintiéndome cansada, aunque llevaba horas durmiendo. Me puse una blusa blanca, los mismos jeans desgastados de siempre y mi zapatillas vans negras. A mi cabello no le di mucha importancia.

8:10: estaba entrando a la escuela, era muy tarde y aún tenía que buscar mis libros de la primera clase.
El pasillo se encontraba desierto, cantidad de recuerdos se me venían a la mente, sinceramente iba a extrañar esa escuela, allí fue donde conocí a mis mejores amigos, donde conocí a quien pensé que era el amor de mi vida. Una traviesa lágrima descendió por mi mejilla hasta caer en mi cuaderno, la limpié rápidamente y entré a mi clase, tarde obviamente.

En la hora del receso, tomé mis cosas sin apuro alguno pues no tenía hambre, sentí una batalla de emociones en mi estómago y que en cualquier momento iba a vomitar.

–¡Hola Anni! ¿Por qué llegaste tarde a la clase del profesor Cooper?- preguntó una Claire sonriente y muy alegre.

–Hola Claire- dije sin ánimos.

–¿Te pasa algo?- preguntó luego la castaña. Se me quedó mirando y a mi me puso aún mas nerviosa.

–No... solo es que me siento mal y no estoy de humor- dije dando fin a la conversación ya que caminé más rápido y con la cabeza gacha tratando de que las lágrimas no puedan ser vistas ante el alumnado que pasaba frente a mí.
Luego impacté contra un cuerpo mayor que el mío y en un segundo sentí una ligera punzada de dolor en mi espalda.

–¡Lo siento tanto, Anni! Déjame ayudarte- esa voz se me hizo familiar, al levantar la vista lo reconocí: Austin Blake. Fue mi primer amigo antes que Luke, Tyler y Claire. Compartí muchos momentos con él, rápidamente el recuerdo de cuando fuimos al parque de diversiones, esa noche la pasé increíble, pero al pasar el tiempo nos distanciamos, el hizo otros amigos al igual que yo, aunque seguíamos teniendo la misma confianza.

Destinados a estarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora