Ópera y reuniones

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Me recuesto en la butaca del palco del Teatro Real. (Llevo mucho tiempo esperando a esta noche. Una de mis óperas favoritas, Don Giovanni, se representará iniciando el año de óperas. Además en el descanso va a actuar una única vez un nuevo descubrimiento del director de orquesta. Va a interpretar Largo al factotum, de la ópera El Barbero de Sevilla.)

-¿Cuándo empieza?

-En unos minutos, Lori. No te impacientes.

-No tengo ni idea de por qué me has arrastrado aquí, yo odio las óperas.

-Porque como buena amiga no ibas a dejarme solo con mis padres.

Le lanzo una mirada divertida. Lorima siempre ha tenido buen gusto a la hora de elegir la ropa. Ahora lleva una falda plisada larga de color gris con unas cuñas rojas y una blusa blanca. El pelo castaño oscuro lo tiene recogido en una cola alta. Lleva poco maquillaje, lo que hace resaltar su belleza natural.

-Ja ja, muy gracioso, Jacob. Ahora en serio, ¿cuándo empieza?

No puedo evitar reirme. (A veces es como una niña...)

-Pronto, tranquila.

-¿Impaciente, Lorima?

Ambos nos giramos hacia mis padres, que acaban de entrar en el palco. Mi madre es una mujer elegante y discreta, aunque no te gustaría nada enfadarla (lo sé por experiencia.) Muchas veces me han dicho que me parezco a ella

Mi padre es alguien rígido, pero divertido. Es el más joven de seis hermanos y fue el único que triunfó por sí mismo creando la empresa para la que trabajo actualmente. (Lo que me impide tener una verdadera relación padre-hijo con él es que no sabe que soy gay. En ese sentido es muy anticuado.)

-Sí, Melisa. Estoy deseando que empiece.

Mis padres se sientan a mi lado justo a tiempo para ver las luces apagarse. Todos aplaudimos cuando entra el director y se coloca en su lugar. Don Giovani comienza.

(Definitivamente es mi ópera favorita. Un joven hombre intenta seducir a varias mujeres y mata al padre de una de ellas. Tras conseguir huir se enfrenta a los vengadores del hombre asesinado y ellos le persiguen hasta que consigue escapar de nuevo. Todo ello aderezado con unas canciones maravillosas.)

Por fin llega el intermedio. Hay cinco minutos antes de que el propio director toma la palabra.

-Damas y caballeros, como todos saben esta noche se escuchará en exclusiva la voz única y misteriosa de un hombre que seguramente no vuelva a escucharse en un escenario. Tengo el honor y el placer de presentarles a Il Principe delle Tenebre, interpretando Largo al Factorum de la ópera Il barbiere di Siviglia de Giuseppe Verdi.

Todos aplaudimos y las luces se apagan de nuevo. Un solo foco ilumina el escenario desde arriba. Unos pasos resuenan en el silencio y una única figura oscura aparece bajo el foco. (Son sus zapatos los que se escuchan. ¿Quizás son de claqué?)

Lleva el pelo negro peinado hacia atrás y viste con unos pantalones negros, una camisa gris oscuro y un chaleco negro con una capa negra atada al cuello con un broche de algún metal claro. Su rostro está oculto por una máscara negra que solo deja ver su boca de labios finos. Pero son sus ojos los que llaman verdaderamente la atención. (Son de oro puro, un par de chispas doradas en la oscuridad.)

Y en cuando la primera nota de su voz llega a mis oídos, me quedo sin respiración. (Es maravillosa, como si un ángel hubiera bajado del cielo para cantar delante de nosotros.)

Azul y doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora