Máscara y final

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Respiro feliz y me recuesto contra William cuando regresa al banco de madera. Viste únicamente una toalla alrededor de las caderas (lo he comprobado personalmente) y su piel brilla con el sudor.

-Nunca pensé que una sauna sería divertida.

Will solo tararea de acuerdo y desliza sus dedos desde mi rodilla hacia arriba. Muevo mi mano hacia su pelo y le atraigo en un beso. Justo cuando todo va a volverse interesante, la puerta se abre y rompe el ambiente. (Además de permitir que el vapor escape.)

-¿Interrumpo, chicos?

Suelto un gemido y William apoya la frente en mi hombro.

-¿Por qué no te vas con tu novio y nos dejas un rato a solas, Lori?

-Raúl está con los negocios de la Rosa y va a tardar un rato. Además no hay ningún cartel fuera que diga que la sauna está reservada.

Miro a mi prometido.

-¿No pusiste uno?

-Estoy seguro. Liam debe haberlo quitado para no dejarnos a solas.

-¿Por qué le invitaste?

Solo gruñe como respuesta y vuelve a ponerme bien la toalla. (Supongo que se acabaron los juegos por ahora.)

Lorima se ajusta la toalla que rodea su cintura (tiene puesto un bikini blanco) y se sienta al otro lado de la sauna. William me besa bajo la oreja y me susurra algo.

-Esta noche seguimos con los planes, aunque tenga que drogar a los tres con somníferos.

Le golpeo con fuerza en el muslo y él se levanta para echar más agua en las piedras. Lorima me guiña un ojo desde su lugar y yo le saco la lengua.

La puerta vuelve a abrirse y cerrarse y Raúl entra (también con una toalla en la cintura.)

-¿Cómo han ido las negociaciones?

-Tenemos que enviar el doble de suministros y "tratar" con algunos agentes de las aduanas. ¿El mismo procedimiento?

-Por supuesto. ¿Cuánto es el beneficio?

-Estoy esperando que Rebecca me envíe el informe final, ella y Laira están haciendo el balance.

-Bien.

Espero que William vuelva a sentarse a mi lado antes de preguntar.

-¿Cuál es el procedimiento?

-Nada de sobornos, los considero demasiado fácil de superar. En cambio, si conoces un par de detalles de las vidas de esas personas, es más complicado que te traicionen.

-En este mundo cualquiera puede ser quien dispare la pistola que te matará o que tenga los datos necesarios para enviarte a la cárcel por toda la vida. Preferimos vivir con el poder para evitarlo.

Miro a Raúl.

-¿Cómo entraste tú en la Rosa de Oro?

-Con William. Necesitaba a alguien en el mundo jurídico para limpiar sus pasos en varias ocasiones. Me debe mucho.

-Te pago lo suficiente como para no deberte nada.

-Sí, sí, lo que tú digas.

William vuelve a sentarse junto a mí. Le rodeo la espalda y meto los dedos bajo la toalla sin que Lorima y Raúl se fijen. Él me sonríe y se apoya contra mí.

La puerta se abre una tercera vez y entra Liam. (Completamente desnudo.) Lorima suelta un grito agudo.

-¡LIAM! ¡Fuera!

Azul y doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora