Revelación y amigos

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Laira y Rebecca me sonríen cuando llego al despacho de William para el almuerzo. (Desde hace varias semanas comemos juntos en un restaurante cercano y yo me he hecho amigo de sus secretarias.)

-Buenas tardes, Jacob.

-Buenas tardes, Laira, Becca. ¿Está libre?

-En realidad está en una reunión con tu padre. Al menos suponemos que es tu padre. Ludwig Spica.

-Sí es mi padre.

(Que raro... no le escuché mencionar ninguna reunión con Will.) Me siento a esperar, pero a través de los conductos de ventilación escucho la conversación del despacho.

-Señor Spica, me temo que no puedo aceptarlo. La Rosa de Oro no utiliza empresas externas para sus trabajos.

-No le estoy pidiendo que seamos aliados exclusivos, pero esto me interesa personalmente.

Escucho el suspiro de Will.

-La Rosa de Oro no es como cualquier otra mafia, señor Spica.

(¿Mafia? ¿Qué?)

-Eso está claro. Las otras mafias aceptan cualquier trabajo y mantienen a su líder oculto. Pero sus ojos son fácilmente reconocibles, señor Becrux.

(Mierda. ¿William es un jefe de la mafia? ¿Por qué no me he dado cuenta antes? Ninguna empresa es tan rentable.)

-Ya, los utilizo como punto de foco. Por si no se ha dado cuenta, estoy en todas las portadas de todas las revistas del mundo. Mis ojos me mantienen a salvo del mundo subterráneo porque son muy conocidos en el mundo de la superficie. No hay nadie importante en el mundo que no conozca al "gran empresario de éxito con ojos dorados."

-Si eso es cierto, ¿cómo sé que mi empresa no va a caer si le descubren?

-Le aseguro que nadie destapará la Rosa de Oro. Muchos políticos del mundo me deben algo personalmente: una donación de última hora a un familiar cercano, una tapadera para sus asuntos turbios o algo tan simple como un aumento en los votos a su favor. Y todos ellos tienen mucho que perder si caigo. Harán cualquier cosa para mantenerme en pie, a mí y a cualquiera con el tatuaje de la serpiente.

(¿Entonces Raúl también está en la mafia? ¿Lorima lo sabe? No, si lo supiera me lo habría contado.)

-Parece muy confiado en sus subordinados.

-Les pago lo suficiente como para asegurar su lealtad.

-¿Y mi hijo sabe que es el jefe de una de las dos mafias más grandes a nivel mundial?

-Creo que no le entiendo.

-Por favor, soy su padre. Sé que llevan saliendo semanas.

Me quedo paralizado. (¿Mi padre sabe que soy gay?)

-La última noticia que tuve de su relación es que usted no sabía que él es gay.

-Prácticamente lo supe antes que él. Solo estoy esperando que se reuna el suficiente valor para decírmelo.

(No puedo escuchar más.) Me levanto. Las dos mujeres levantan la mirada de las pantallas.

-¿Ocurre algo, Jacob?

-Acabo de recordar que había quedado para comer con Lorima. Decídselo a Will, por favor.

Sin una palabra más, me marcho.

De camino a mi coche llamo a Lorima. Contesta en el segundo tono.

-¿Qué pasa? ¿No deberías estar comiendo con William?

Azul y doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora