La alarma de Hongbin sonó por tercera vez, haciendo que el mayor se aferrara más a su cuerpo para impedir que se levantara de la cama.
— ¿Enserio tienes que ir? — preguntó Ken haciendo un puchero.
— Sí, no tengo de otra, además hoy le van a quitar el yeso a Han Bin — le respondió Hongbin sonriendo, antes de volver a besarlo.
— Entonces ¿puedo ir contigo? — dijo Ken esperanzado.
Hongbin se levantó finalmente de la cama, recogiendo su ropa al mismo tiempo que se la iba colocando, mientras era observado atentamente por Ken, al que solo lo cubría una delgada sábana.
— Ken, ya lo hablamos, déjame hacer esto yo solo ¿sí? Tengo que preparar el terreno.
— Pero tu familia ya me conoce, no entiendo porque no quieres que vaya contigo.
— Porque antes éramos amigos y todo era más fácil, pero ahora somos pareja y el que mi familia no sepa que estoy en una relación con otro hombre, es algo que tengo que platicar con ellos primero, al menos antes de presentarte ya no como mi amigo, sino como mi novio.
— Bien, te dejó ir solo porque eres guapo — comentó con un puchero.
— ¿Solo por eso? — preguntó Hongbin con seducción regresando a su lado.
Ken sujetó de la camisa a Hongbin arrugándola aún más en el proceso, y lo acercó a sus labios. Hongbin rió pero de igual forma le devolvió el beso, enfrascándose así en una lucha por saber quién se devoraba al otro primero.
Del primero beso hacía ya casi dos meses, y desde entonces, no había día en el que no perdieran la oportunidad de seguir besándose.
Cuando Hongbin estuvo de nuevo sobre la cama, apresando el cuerpo de Ken bajo sus brazos y parte de su ropa fuera de él otra vez, el sonido de un mensaje entrante hizo que se detuviera.
— ¿Ves? En serio ya tengo que irme, pero te lo recompensaré — comentó finalmente Hongbin incorporándose de la cama, dándole un último beso fugaz.
— Si por mí fuera, te amarraría a esta cama y no te dejaría salir.
— ¿Y ese sería un castigo para mí o para ti? — dijo sonriendo el menor.
* * *
Encerrado en el estudio de fotografía, Hongbin sostenía una de las imágenes que le había tomado infraganti a Ken, fotografía en la que además de verse tan guapo y encantador como siempre, tenía un aire angelical en su sonrisa que hacía que el corazón le latiera con fuerza.
Unos golpes a la puerta, lo hicieron reaccionar y rápidamente escondió la fotografía para poder ir abrir la puerta.
— Hola ¿Qué haces aquí, creí que te vería en la cafetería? — dijo al ver a Ken.
— Yo igual, hace media hora.
— ¡Oops! Creo que de nuevo perdí la noción del tiempo. Ya sabes, cuando estoy aquí, yo solo...
— Está bien — dijo interrumpiéndolo.
— De todos modos ¿Qué es eso tan importante que querías decirme? ¿Por qué no me lo dices de una vez? — comentó Hongbin moviéndose entre el espacio del lugar, guardando algunas cosas.
— Porque... me gustaría que hubiera testigos cuando lo haga — dijo Ken con nerviosismo.
— Ken ¿ahora qué hiciste? — lo cuestionó colocándose de frente a él.
— Técnicamente yo no hice nada, más bien tú lo hiciste.
— Ken.
— Está bien, está bien... se trata de tu pintura...
*************
El siguiente será el final.
Muchas gracias por leer.
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Artwork [KenBin]
Fanfiction¿Qué estarías dispuesto hacer por dinero? Hongbin se hizo esa misma pregunta, y por más que le dio vueltas a sus posibilidades, la única alternativa que le quedaba era vender su cuerpo.