¡Maldito amor! Historias de amor y maldicion G

Capítulo 1

Miles de veces, me he preguntado que es el amor; en la biblioteca, encontré varios libros que hablaban del amor, pero no los alcance a leer todos, mi permiso se venció ayer, aun no entiendo como pueden creer que es posible leer mas de un millón de libros en tan solo una semana, y para renovar la autorización tendré que esperar todo un año, prácticamente ni comia por estar leyendo, y aunque puede que haya leído al menos unos 15 o 20 libros en estos siete días, ninguno de ellos dan un significado de lo que es el amor; es decir, todos hablan de sensaciones extrañas en él estómago, nervios, la piel herizada, cosquilleos, emoción, y mil cosas mas, pero no da una definición verídica, como me gustaría haber vivido en aquellos tiempos en que amar era permitido y no existía la ridícula prohibición de leer  libros románticos.

Definitivamente tengo que visitar a la abuela muy pronto, ella tiene toda una colección de libros románticos en casa, escondidos por supuesto, por ley es prohibido tenerlos, pero los tiene.

—Oye mamá, ¿Cuándo iremos a ver a la abuela? Hace mucho no la visitamos —dije distraídamente, notando el momento justo en que mi madre levanto la vista de su computadora y me fulminó con la mirada, pero no es como si me sorprendiera, la verdad lo veía venir.

—Olvídalo Ámbar, tuvimos demasiados problemas la vez pasada, si quieres ver a tu abuela le diré que venga, la única razón por la que tú vas a su casa es por esos benditos libros, pero no volverás a tener ninguno de esos en tus manos, confórmate con lo que te permite la ley, ¿Por qué no dejas el tema y te concentras en tus estudios? Tu padre se queja de que no le prestas la atención suficiente a la universidad, a este paso no te graduaras nunca — puse los ojos y solté un bufido, seguía siendo injusto, empezaba a cansarme de escucharlos renegar de mi carrera.

—Solo me queda un año de universidad, no entiendo esa manía de ustedes de estar sermoneándome por eso, estoy estudiando lo que me gusta, eso debería ser suficiente, incluso soy de las mejores en mi clase, pero no, ni  así están contentos, aunque si hubiera estudiado medicina como Catherine entonces todo seria diferente —dije exasperada, mi carrera también era importante aunque no salvara vidas.

—Deja de decir estupideces, no es por lo que estudias, es que simplemente estas tan concentrada buscando esos libros de romance que tanto anhelas que estas dejando cosas realmente importantes de lado, como por ejemplo, tu hermana se casa en una semana y aún no tienes tu vestido, ¿porqué? Por que estuviste toda la semana encerrada en la biblioteca leyendo historias ficticias que en nada te alimentan, piénsalo bien hija, si el romance fuera bueno no estaría prohibido —ella frunció el ceño.

—Pero si ni siquiera nos dicen por que está prohibido amar, al menos esos libros que tanto reniegas cuentan historias hermosas, muestran un lado del romance que te hace suspirar y soñar con vivir una historia así, si hace unos años éramos libres para amar y ser amados, incluso la abuela se casó por amor, entonces ¿Por qué ahora es una maldición? Es ridículo —mi madre  se levanto de su silla furiosa y empezó a caminar de un lado a otro, ya no sabia como hacerme entender que podrían tener serios problemas si seguía pensando así, y no solo seria yo, si no toda la familia, pero es que no podía evitarlo por más que lo intentara, necesito saber más.

—No importa la razón Ámbar —grito furiosa —el hecho es que es ley, esta prohibido amar, no preguntes mas.

Cerró su computador, tomo sus cosas y salió echando chispas, por poco y podría verla echando humo por las orejas, pensó Ámbar, pero aunque su mamá la amarrara a la pata de la cama, era hora de visitar a la abuela.

—Ámbar, de nuevo tu madre, ¿podrías contestarle el teléfono? estoy cansada de escuchar sus quejas, a este paso tendré que desconectar el teléfono o juro que me volveré loca, seguro que la vida era mucho más sencilla cuando no existían esos aparatos del demonio que solo molestan y molestan, aun no entiendo cómo se supone que facilita la vida —dijo la abuela entrando a mi habitación, mi madre volvió a llamarla, era increíble, solo hacía dos días que no hablábamos, no quería volver a escucharla gritar "vuelve a casa, es una orden". Gruñi exasperada.