3.Primer placer: Gusto

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-¿Mi amo?- pregunté sorprendida tapandome entre las sábanas.

-No quiero asustarte. Son mis gustos y bueno... Pensaba compartirlos contigo, siempre que aceptes estar conmigo.- me confesó.

-¿Podrías irte?- le pedí. -Esto va deprisa. Me siento un poco sucia y bueno..

-Esta bien, necesitas tu tiempo. ¿Mañana nos vemos?- me dijo dudoso.

-No lo se.- dije sinceramente. -Quiero pensar y entender el porqué me siento culpable.

-Vale, no hay problema. Investiga y averigua cosas, es lo mejor.-¿me estaba sugiriendo ver aquello?

-No creo que me interese. - le dije dolida, acaso...¿había perdido la virginidad con un enfermo?

-Vale pues... ¿Buenas noches?- Me preguntí confundido.

-Adiós Ray.- Le cerré la puerta en la cara.

Pasó una semana desde que vi por ultima vez a Ray. No quería hablar con nadie de aquel grupo, me sentí mal, no por mi, sino en general. Estaban enfermos, había buscado mucha información sobre lo que era ser un amo, una sumisa y todo aquel circulo de sexo, y...¿ debía aprender a vivir con eso? Tenía tan mala suerte que me topé con Rose.

-¡Jud!- me cogió del brazo, iba con Klein.

-Hola, tengo prisa...-le contesté, no quería ser maleducada.

-Se que te acostaste con Ray. ¿Has vuelto a saber algo de él? Hace una semana que no le vemos..Vanity esta muy preocupada.-empecé a ponerme nerviosa.

- Pues no, si lo veo te aviso. Tengo que irme.- No quería saber nada de Ray, yo no era su amiga.

-Vale. Ven a la fraternidad cuando quieras.- me dijo.-nos lo pasaremos bien. -Añadió riéndose.

-Si...em... adiós. -e fui en dirección contraria

-¡Espera Jud!- me dijo Klein- Ese capullo te necesita, y tu no vas a poder dejar de pensar en él -me dio un papel. -Ve a por él, prueba lo que le gusta. 

-¡Cariño!- le dijo Rose

-Voy- le contestó, luego se dirigió hacia mi.- Hazlo... -Asentí de inmediato.

"Edificio 19, piso 20, puerta 10. Ahí lo encontrarás. Pruébanos Jud, eres de los nuestros. No niegues cosas obvias."

Me tocaba clase de ayuda social, pero decidí saltármela, necesitaba hablar con Ray y que me explicase todo aquello. Estaba muy confundida. Llegué a la dirección que Klein me había mandado.

-¿Ray?- toqué a la puerta .

-¿Quien coño es?- contestó una voz grave.

-Soy...soy yo. Jud- me abrió enseguida

-¡Jud!-empezó a besarme, y yo le correspondí.

Empecé a excitarme y quitarle la camiseta, él en cambio, ya me había desnudado toda.

-Te he echado tanto de menos...- suspiraba.

-Y yo a ti- dije gimiendo mientras me metía dos de sus largos dedos por mi húmedo monte de Venus.

-Quiero poseerte, quiero hacerte mía- me decía.-Dime que lo haré, por favor.

-Soy toda tuya- dije hiperventilando. Me estaba desconcentrando.

-Córrete para mi Jud, vamos- dijo aumentando el ritmo de sus dedos-¡vamos!

-¡Siii!- contesté exhausta.

Tu me darás la vida. ReeditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora