-No lo entiendo, no entiendo que hago mal.- dije entre sollozos.-tranquila, te entiendo bicho.. pero piensa en ti, siempre en ti- dijo María, mi psicóloga. Pocas veces lloraba con María, siempre era gracioso, pero esta frustración ya estoy cansada de fingir.
Salí de la psicóloga, me tomaba 20 minutos llegar a la parada de bus, ya era de noche, hacía frío y estaba oscuro, mis ojos hinchados por las lágrimas y todavía sentía como caían. Me gustaba imaginar que alguien estaba conmigo para no sentir tanto miedo, miraba a las personas que me rodeaban y todas estaban acompañadas y yo estaba completamente sola, entonces me aferraba a mi imaginación.
Llegué a mi casa, estaba tan cansada, no quería sentir mas presión, mi papá Martín jugaba con chanchi mi perra, mi mamá laura estaba en la cocina, estaba de tan mal humor y ellos siempre se veían mejor sin mi, me puse a pensar que sería de ellos sin mi
-Hola hija- dijo mi mamá sacandome de mis pensamientos -hola ma, está frío afuera- dije mientras frotaba mis manos -me voy a bañar- sonreí y ella asintió.
En el cuarto de baño puse música y me empecé a desvestir, abrí el agua, comencé a llorar, miré mi rostro en el espejo mientras se deformaba por el vapor, odiaba estar tan sola, no tenía ningún amigo, ningún chico interesado, mis amigas no sabían que estaba tan mal, la verdad es que yo no era una chica fea ni mala persona, tenía un degrade en el pelo rubio manteca pero mi color natural era un marrón, mi pelo llegaba a los hombros, tenía unos kilitos de más pero nada exagerado, tenía la altura perfecta. Se que lo peor que podía sentir era soledad, estaba tan sola tan destruida, quería olvidar mi pasado pero volvía siempre volvía, nadie me decía que era linda o que me amaba, que me necesitaba. Mire mis brazos, cicatrices de tantas veces que fui cobarde, mi vida en este momento es en un estado automático, no siento nada por nadie, nadie siente nada por mi, ya no me esfuerzo por gustarle a alguien pero la verdad es que estoy desesperada, quiero amor, y no solo amor de un novio, amor de verdad, en este momento necesito alguien que me haga quedarme, alguien que me haga sentir que vale la pena seguir luchando.
Me fui a dormir sin saber que todo iba a cambiar, para bien o para mal. Tenía la esperanza de que alguien llegara pronto, antes de que pasara lo peor.