Otra Vez

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Me desperté la mañana del domingo a su lado, lo abrace bajo las sábanas.
-Buen día nena- me dijo mientras reaccionaba a mi abrazo, no me gustaba hablar mucho por las mañanas pero me esforcé porque era él -Buen día- lo miré y le sonreí tratando de no parecer tan seria, luego el se levantó de la cama y me besó, me quede acostada mientras el se dirigía al baño que tenía en su habitación, casi ni había usado mi celular así que no recordaba donde lo había dejado, recordé que la última vez de usarlo fue antes de tener sexo, me reí sola al recordar, me levante y me puse la camisa de Gabriel que en mi sueño creí que me había puesto... mi sueño, también me acordé de mi sueño y poco a poco recordé, camine por el pasillo hasta llegar a la puerta blanca, para mi sorpresa estaba abierta, entré por curiosidad y vi mi celular en el suelo, recordé que en mi sueño había alumbrado la habitación con la linterna de mi celular, ¿qué hacía mi celular ahí? ¿Realmente había sido un sueño? Estaba confundida, quería saber que estaba pansando con esa habitación.
Fui al otro baño para darme una ducha y así poder pensar sobre lo que pasó, salí de ducharme y me puse otra remera de Gabriel pero esta era negra y más larga, tranquilamente podría usarla como vestido, me puse un poco de maquillaje que llevaba en mi bolso y por suerte había llevado mi cepillo de dientes portátil y pude lavar mis dientes, me veía linda. Al bajar vi a Gabriel preparando el desayuno
-Estoy preparando el desayuno nena, te gustará- me dijo antes de darme un beso, la verdad que cuando lo vi por primera vez no sabía que era tan romántico.
-Oh genial porque tengo hambre- le dije mientras lo abrazaba
Estuvimos hablando de cosas poco interesantes pero al ser él todo era más divertido.
Eran al rededor de las 10:30 de la mañana y tocaron el timbre, Gabi fue a abrir y para mi sorpresa era Juan, fui corriendo para abrazarlo.
-Buen día pequeñita- me dijo mientras me abrazaba
-Buen día Juan, no sabes cuanto te he extrañado- le dije mientras él me besaba mi frente como de costumbre. Se apartó y me miró
-Se nota que me extrañaste- dijo mientras miraba la remera de Gabriel que llevaba puesta. Lo miró con cara seria a Gabriel y me volvió a mirar pero más serio y con cara de preocupación
-Qué sucede?- dije notando el ambiente tenso que se había creado
-Jaz, tenemos que hablar- me dijo Gabi tomándome de la cintura, mire a Juan y con su mirada me dijo que era algo serio, nos sentamos en la sala en el sillón negro
-Debemos irnos por trabajo- comenzó a hablar Juan, mientras Gabi me acariciaba -No sabemos cuanto vamos a demorar pero unas semanas mínimo- dijo Gabriel y mi corazón se partió en dos -Necesito que cuides mi casa, te daré mis llaves y puedes venir cuando quieras, te queda cerca del colegio así que puedes pasar al salir- mire a Gabi tratando de entender la situación -Van a volver ¿cierto?- dije algo asustada -Voy a estar bien, gracias por avisarme antes, ¿Cuando se van?- dije tratando de fingir tranquilidad
-ésta noche pequeña, nos pasan a buscar a la madrugada-
-Tengo un celular que puedes usar para hablarme, solo tienes que llamar al número que está agendado- me dijo Gabi alcanzandome un celular negro
-es solo para urgencias- me aclaró, lo abrace fuerte -todo va a estar bien- le dije y lo bese.
Estuvimos toda  la mañana jugando y hablando, se me pasaban rápidas las horas con ellos.
Llegó la hora de que me tenía que volver a mi casa y Gabi me llevó en su auto, en el camino hablamos de que lo iba a extrañar y que le iba a ir a ver la casa todos los días para extrañarlo menos. Al llegar lo abrace muy fuerte y lo bese dejándolo sin aire, nuestras bocas no querían despegarse, yo cada vez lo abrazaba más fuerte,  quería que no se fuera, que se quedara conmigo y de solo pensarlo mis lágrimas empezaron a caer... tenía miedo de estar sola otra vez, de caer a la depresión otra vez.
-Lo siento nena, te prometo que volveré lo antes posible- me dijo mientras apoyo su frente con la mía y nuestros ojos quedaron a la misma altura a muy poca distancia.
-Te amo- le dije sin pensar, sin dudarlo, sin esperar.
-Adiós nena- me dijo dandome un último beso.
Entre en mi casa y ya me sentía triste de nuevo, pensando en que otra vez iba a estar en la peor soledad, en la soledad que sentía sin ellos... le dije que lo amaba y no contestó, pero era obvio, hace muy poco que estábamos ¿Saliendo? ¿Estábamos saliendo? No lo sabía, no tenía nada en claro en esa relación.
Cómo era casi de noche ya que había pasado la tarde con ellos para aprovechar el mayor tiempo posible me fui a bañar, Gabi me regaló esa tarde otra remera que tenía su perfume para que no lo extrañara tanto, así que al salir del baño me la puse y dormí con su perfume. Me fui a acostar sin comer, porque la comida en ese momento era lo que menos me importaba, antes de dormirme me puse a recordar todos los momentos con Gabriel y el fin de semana que pasamos los dos juntos... fue perfecto.
En algún momento de mis pensamientos me quedé dormida y me desperté sentada en el pasillo de la casa de Gabriel, pero era más largo y oscuro, me paré y empecé a escuchar que me llamaban otra vez «Jaz, Jaz» pero está vez no fui hacia la habitación con la puerta blanca, esta vez empece a caminar por el pasillo en dirección contraria y cada vez se agrandaba más y más, entonces me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta blanca, otra vez estaba parada al frente de esa puerta dudando entre abrir o no, quise abrirla pero estaba cerrada, mientras tanto escuchaba como rasguñaban la puerta, trate de abrir de nuevo y la puerta se abrió pero adentro no había nadie, sin embargo escuchaba la respiración de alguien y esa sensación de que me observaban, empecé a sentir el frío en mi cuerpo, ese frío que sentía cuando mi otro yo, mi cuerpo sin vida se acercaba, empecé a sentir pasos detrás mío pero está vez no me escondí, necesitaba saber que quería de mi. Cuando pude ver mi cuerpo sin vida caminando hacia mi, con la misma cicatriz y la sangre cayendo de la muñeca, me acerqué y llorando le grite -Que quieres?!- cerre mis ojos por el miedo que me daba de solo ver mientras más se acercaba, al acercarse me agarró del brazo y me grito «Ellos me hicieron esto»
Me desperté realmente en mi cama, y tarde varios minutos en entender que me había pasado y luego me di cuenta de qué era otro de mis sueños, de mis pesadillas... ya estaba odiando soñar con esa habitación.

I'm A ProblemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora