Por fín logré quedarme dormida tres horas después de la llamada con Juan.
A la mañana siguiente me desperté demasiado cansada, me sentía más vulnerable y triste pero no sabía por qué. Decidí llamar a Gabriel, necesitaba hablar con él y aclarar las cosas.Lo llamé y él no contestó. Me preocupé un poco pero pensé que seguro estaba ocupado o con Juan, no pensé lo peor.
Fui al baño para ducharme y para luego poder ir a su casa para ver si estaba bien, luego de eso quería hacer mi vida un poco más normal entonces planee también visitar a mis amigas, no las veía hace tanto.
Luego de la ducha me coloqué un vestido corto negro, era un poco exagerado para usar de día, pero quería verme bien y sentirme linda. Me maquillé un poco y tomé mis cosas para irme.
Dejé un mensaje sobre la mesa para mis padres, ya que ellos no estaban y no sabía donde se habían metido. El mensaje decía que me iba a ir a la casa de mis amigas. Por suerte para mí el receso de primavera estaba comenzando y no tenía que ir al colegio, eso era bueno ya que últimamente no le prestaba atención.
Llamé a un taxi ya que quería llegar rápido a su casa. Cinco minutos después el taxi ya estaba en la puerta, me subí a él y le di la dirección de la casa de Gabriel.No tardamos mucho en llegar, me bajé del taxi y noté que las luces de la casa estaban apagadas, no le di importancia, ya era mediodía pasado y era inútil que tuviera las luces de la entrada encendidas. Toqué el timbre de la casa varias veces pero nadie respondió, me crucé a la casa de Juan, ellos podían estar ahí.
En la casa de Juan tampoco había nadie, decidí ir a la casa de Gabriel y sacar la llave de emergencia que dejaba abajo de una piedra. La tomé y abrí la puerta, su casa se veía más desordenada de lo normal, el sillón estaba corrido y hasta había un vaso roto en el suelo. Comencé a asustarme demasiado. Grité su nombre pero nadie contestaba, mi corazón empezó a latir muy fuerte.Me dirigí al segundo piso de la casa, podía estar ahí arriba, no lo sabía. Al subir escuché un ruido que venía de la habitación de Abigail, sentí un poco de alivio pero al entrar me di cuenta de que estaba vacía, pero los cajones del mueble estaban desparramados por la habitación con todas las cosas de Abigail. Me asusté aún más y comencé a llorar. Me arrodillé en el suelo y no dejaba de llorar, me sentía sin aire. Tenía miedo por Gabriel y por Juan. ¿Qué les podría haber pasado? si ellos eran ángeles, nada podía pasarles ¿O sí?.
Todavía no terminaba de entender el asunto paranormal de ellos, no entendía nada, yo sólo sabía que estaba pasando y me estaba pasando a mí.Sentí una caricia en mí hombro, inmediatamente pensé que era él. Pero al darme la vuelta para dar un vistazo me di cuenta de que no era él, era Abi. Ella estaba flotando con su vestido detrás de mí, me miraba con compasión y pena.
- ¿Dónde está?- le pregunté gritando y asustada. Ella no respondió, sólo se dio la vuelta y comencé a seguirla.
Ella entró a la habitación de Gabriel y me indicó un cajón de madera que nunca le había prestado atención. Lo abrí y vi varios porta retratos, comencé a ver las fotos que tenía y la gran mayoría eran con Abi. Estaba asustada por él, no era momento para ver fotos.
Tomé una de las fotos y se veía Juan con Laila y a Gabriel con Abigail. Abi tocó mi hombro, para darme a entender algo, la miré y supe que quiso decir. Sentí que ella estaba hablando en mi cabeza, la miré y le pregunté.- ¿Aquí es donde están?- ella asintió con la cabeza. En la foto se veía ese lago al que fuimos con Gabriel para una de nuestras primeras citas, tenía unas horas de viaje.
Miré hacia atrás para ver si Abigail seguía atrás mío, pero ya no estaba.
Bajé a la cocina a pensar bien qué era lo que tenía que hacer. Decidí llamar de nuevo a Gabriel, pero él no contestó. Llamé a Juan pero dio al buzón de voz. Miré sobre la mesa y estaban las llaves del auto de Gabi. Las tomé y decidí que iba a conducir hasta el lago, ya se iba a hacer tarde para ir en bus y no me iba a arriesgar. Yo sabía conducir, nunca lo hacía porque prefería no hacerlo.