Capítulo 12

1.4K 147 96
                                    

  Llámame loco por querer agarrarte y apresarte para mi, por siempre.

  Te necesito, eso es evidente, ¿Verdad?

  Por favor, no me mires así. Eres tan dulce, nunca te haría daño a ti.

  Tranquila, no enloquecere, se que no quieres que lo lastime, él te importa. Aunque eso provoca que me hierva la sangre de celos, verte llorar es lo último que quiero.

  No estoy tan loco como parece.

  Me rió, no es muy apropiado para este momento, lo sé, pero me da gracia en lo que me convertí. El haberme enamorado de ti fue una tortura, lo fue y lo es. Ahora soy un osito de felpa, cosido por la abuela.

-¿Vienes a buscar a nuestra reina?- Murmure. Molestar a Sherlock era un placer que me lleva al deleite. Él lo sabe.

-No quiero que vuelvas a tocarla. Te volaré los sesos, ¿Lo entiendes?- Esto también me dio gracia. La bese antes que él.

  Punto para Moriarty.

  “Tu también, ¿Eh?”

  Recordé el rostro de Sherlock, al confesarle que la quería para mi. Fue una mezcla de “te cortaré la cabeza” y un pánico que golpeaba su estómago.

-Mi dulce gatita, no vuelvas a sentirte triste por este idiota- Hago énfasis en la palabra “idiota”. Tus ojos se calmaron y lo observaste de reojo- A él si le importas, te llevara consigo.

  Nadie podría imaginarse la rabia que sentí al decir eso, pero necesitabas escucharlo.

  "Te llevará consigo” y te alejará de mi.

-Vamos, (T/N)- Bajo su arma y se aferró a tu muñeca, comenzando a arrastrarte por el pasillo. Estabas avergonzada y no hiciste nada por detenerlo, se que no sabías que hacer.

  Lleve mis manos a los bolsillos del pantalón, para observarte atentamente, mientras te ibas.

  ¿Cuando se acabará esto?, ¿Cuándo dejará de sentirse como una puñalada en el pecho?

  ¿Acaso...la reina debe caer o alguno de sus reyes?

****

-Mi turno aún no ha terminado…- Murmuraste con un hilo de voz. Sherlock lucía molesto, aun te arrastraba por las calles de un nocturno Londres.

  ¿Jim tendrá razón?, ¿Le importabas a Sherlock?

-Hum…- No sabías que decir o que hacer, eras completamente inexperta con estas cosas- ¿Quieres tomar un café…?

  El detective se detuvo, de repente, sin soltarte de la muñeca. Tenía la mirada perdida, vacilante y vacía.

  ¿Estaba más pálido?

-(T/N)...- Su voz se escuchaba agónica.

-¿Qué ocurre?

  Te envolvió en un abrazo. Empezabas a pensar que a Sherlock dejó de molestarle el contacto físico o quizás, solo eras su excepción.

  Arrastró su mano desde tu cintura hasta tu mentón, obligandote a verlo, frente a frente.

  No voy a tomarme el tiempo en relatar cómo se encontraban tus mejillas, tu respiración o tu pulso. Por favor, a mi se me estaría saliendo el corazón del pecho.

-John tiene razón cuando dice que no se nada sobre sentimientos o relaciones, pero se sobre química- Se acercó un poco más, haciendo temblar a tus labios- Tu cuerpo está liberando epinefrina, lo que acelera tu pulso y altera tu frecuencia respiratoria, básicamente está preparándose para escapar de mi. ¿Te pongo nerviosa?

  Presumido, tú también sabías de química, sabes qué le ocurre a tu estúpido cuerpo, y ahora, también sabes lo que quieres.

-¿Quieres que te bese, (T/N)?- Susurró, cerca de tu cuello.

  ¡Maldición! Estabas expuesta.

  Y bien…

  ¿Qué quieres?

  Asentiste, lentamente, entrecerrando los ojos.

-Limpiare lo que Moriarty intentó ensuciar.

  Punto para Sherlock.

  Tus labios aún temblaban, tú boca estaba seca, pero esto al detective no pareció importarle en lo absoluto.

  Te beso con fervor, con desesperación, apoderándose e intentando ganar lo que casi le roban. Sus manos bajaron hasta tus caderas, acercandote más a él, adueñandose de todos tus sentidos.

  Sherlock, solo Sherlock.

  No lograbas pensar en otra cosa que seguir besándolo, seguir sintiéndolo, pero, lamentablemente, ambos necesitan oxígeno para vivir, así que tuvieron que separarse.

  No podías verlo a los ojos, siquiera. Últimamente se había vuelto usual que tuvieras vergüenza, pero a partir de ahora no podrías decir “Sherlock” sin sentir un cosquilleo en las tripas.

  Sin hablarse y sin mirarse, ambos volvieron caminando a Baker Street, juntos.

****

  Estabas echada sobre el sofá, envuelta en una de las frazadas de John. Escondías tu cabeza entre las piernas, para no tener que ver al detective que estaba parado a unos pocos metros de ti.

  Él tampoco quería verte, pero lo ocultaba aparentando concentración, con los ojos desorientados hacia la ventana, sosteniendo su viejo y delicado violín.

-¿Ocurre algo con ustedes dos? Están más raros de lo normal- Preguntó John, logrando que ambos se pusieran tensos. Sherlock detuvo su melodía por unos escasos segundos, para volver a retomarla luego. Tu Intentaste esconder los nervios.

-Me duele un poco...la cabeza, John. Estoy cansada, aún no he dormido nada- Explicaste, con calma.

  Mentirosa.

-¿Quieres una pastilla, (T/N)?

-Solo...necesito dormir y relajar mi mente, creo.

  Sherlock volvió a detener la melodía y se mantuvo quieto, con los ojos cerrados, al menos doce segundos. Dejó su violín de lado y se acercó a ti.

  Sin darte tiempo a oponerte o a enojarte, él te levantó en sus brazos, ante la preocupada mirada de John.

-¿Qué diablos, Sherlock?, ¿A dónde la llevas?- Exclamó John, pero el detective lo ignoro y te llevo consigo a su cuarto.

-”Cierra los ojos, mantenlos cerrados y todo estará bien”- Te decías a ti misma, una y otra vez.

  Suave, lento y cuidadoso, te acostó sobre el colchón de su cama, para luego arroparte en ella. Tu eras de andar sin zapatillas por la casa, así que no hubo necesidad de sacarte nada.

...

Por ahora.

-Descansa- Musitó, suavizando su mirada. Se acercó a la puerta y apago la luz, para dejarte sola, y con una maraña de emociones, en su habitación.

  ¿Qué otra cosa podías hacer? Mejor solo duérmete y deja de pensar.

La inadaptada y el funcional (Sherlock x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora