DÉJÀ VU

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*Oh no...*

Jae estaba furioso.
Podía ver claramente que estaba muy molesto por el simple hecho de que Leo me tomara de las manos.

Leo volteó para buscar lo que yo observaba tan atentamente y se dió cuenta del porqué estaba preocupada.

Se giró completamente hacia Jae mientras me escondía detrás de él para hacerme sentir segura.

La verdad agradecí mucho ése gesto, me hacía sentir protegida de Jae, no sólo de él; sentía que Leo podía protegerme del mundo entero.

Jae empezó a caminar hacia nosotros con un paso veloz.
Yo podía oír sus respiraciones agitadas debido a la ira.
Podía ver su pecho inflarse bruscamente, provocando que sus hombros subieran y bajaran frenéticamente.

Cuando llegó a donde estábamos nos miró:

—¿Qué haces tomando las manos de MI chica?— dijo haciendo énfasis en MI.

Leo no pudo contener una risa y le sonrió pícaramente.

—¿De verdad es tuya? Que yo sepa ella ya no siente nada por el imbécil que la hizo llorar después de llamarla el otro día...— Jae se quedó de piedra al escuchar que lloré el día anterior, me miró fijamente para corroborar si era cierto. Yo no pude resistir y desvié la mirada hacia el suelo.
Leo siguió hablando —Además tú no la mereces. Es una hermosa persona y tú eres un monstruo que sólo sabe cómo lastimarla.— me tomó por los hombros para ponerme delate de él y abrazarme por la espalda. Continuó —Ella es mía ahora, yo la cuidaré y la amaré tanto que ni siquiera recordará tu penosa existencia. Aléjate de ella o te las verás conmigo...— su mirada se volvió más intensa que nunca. Con ésa mirada podía matar a alguien si él quisiera; era tan filosa que hizo que Jae retrocediera unos pasos.

—Eso no es cierto, no... estás mintiéndome. Ella siempre me amará y regresará a mí. Aunque a veces terminamos, siempre volvemos a estar juntos. SIEMPRE.— ambos voltearon a verme. Sus miradas parecían buscar apoyo de mi parte.

Ambos parecían decir *Dile a él que no es verdad.*
Antes hubiera supuesto una decisión muy difícil para mí, prácticamente me estaban dando a elegir entre los dos.
Pero la elección ya estaba hecha.
Era el momento.

Leo me miró e hizo un ademán con la cabeza como diciendo *Anda, dile ya...*

Yo volteé a ver a Jae:

—No...— susurré en un principio —¡NO! Ya no voy a volver, jamás volveré a ir hacia ti. Ya me cansé de repetir el mismo ciclo inútil. Sólo me lastimo y me arruinas más.
No puedo soportar estar contigo, ya no más.— Jae abrió los ojos como platos. Obviamente no esperaba que yo dijera algo así, sino lo contrario.
Pensaba que me pondría de su lado.

Continué. —Vete, déjanos en paz y nunca vuelvas. Por más que insistas y me ruegues JAMÁS volveré a ti. Lo único que deseo de verdad en éstos momentos, es olvidar ésos tormentosos años que pasé a tu lado. Ésos años que me arruinaron y me hicieron sentir tanto miedo y tristeza innecesaria.— cuando me dí cuenta estaba gritando —Déjame ir... me voy de ti. Y no puedes detenerme...—

Jae parecía querer decir algo, pero se quedó mudo ante mis palabras y sólo se le ocurrió decir —Puede que estés confundida, debe de ser éso... no hay otra explicación lógica. De seguro éste cabrón te tiene amenazada.— señaló a Leo con una mirada amenazante en su rostro.

Tomé la mano de Leo y la apreté mientras terminaba de una vez por todas con el sufrimiento más grande de mi vida. Aquel que me trajo noches en vela sin poder dejar de pensar en lo que podría haber hecho mal, estaba terminando con algo que me trajo lágrimas y heridas profundas.

CUANDO TERMINA EL PRIMER AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora