AMdEMOS

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Día cuarto de abril.
El semáforo estaba en rojo, como tus labios
y tus ojos del color de la miel me miraron dulces.
El semáforo tornó a verde y anduve hacia tu boca
consiguiendo aquel robo que aún hoy recuerdo,
sin caer en la cuenta de que quien había robado fuiste tu a mi
y no un beso.
El semáforo cambió a verde y caminamos juntos
en una carrera de fondo con subidas de discusiones y bajadas
de caricias y arrumacos en tu sofá.
A día de hoy camino solo, espérame,
déjame ser tu apoyo nuevamente cuando te canses,
se el mio cuando las piernas me fallen.
Deseo robarte y que me robes de nuevo.
Deseo andar junto a ti porque las cuestas se convierten en llanuras.
Deseo volverte a robar porque el semáforo
nunca estuvo en rojo, estaba en ámbar,
podemos continuar haciendo eso que tan bueno para la salud es

AMdAR.

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