Aun recuerdo cuando jugando
en aquel pabellón se me rompió la cadena,
y de mi pecho salió disparado la mitad de un corazón,
quizá no lo busqué con mucho ahinco.
Seguramente debería de haber tenido mas paciencia,
posiblemente aparecería.
Puede que fuese una señal de que debía marcharse.
Quizá era yo quien quería desencadenarse de aquel corazón.
Lo cierto y verdad es que lo echo de menos,
me gustaría conservarlo
y ya, pasados los años,
no sé donde buscarlo.
Ojalá pudiese recuperarlo.
