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Era nuestro primer día en Derry. Después de un largo rato remodelando la nueva casa, mi madre y yo decidimos salir a conocer un poco la ciudad.

Enfrente de casa hay un parque donde se encuentran, por un lado, personas metidas en Botargas que parecían ser el mismo infierno. Lucían muy calurosas y molestas. Y por el otro lado, unos cuantos payaso. Odio a los payasos, son demasiado irritantes.

No logramos ver más que unas cuantas casas, un supermercado a lo lejos y el parque. No teníamos tantas ganas de ir más allá pues estábamos agotadas después de acomodar toda la casa.

Fuimos al parque y nos sentamos en una de las bancas a comer un helado y admirar el paisaje.  Había notado a unos niños que estaban situados en la banca de al lado. Noté que me miraban pero traté de ignorarlos.

Después de un rato, los niños se acercaron a nosotras, no eran niños pequeños, bueno, de estatura sí, pero rebasaban los 13 años.

— Hola. — habló uno de los niños del grupo. Vestía con una sudadera gris, pantalones de mezclilla y unos lentes que hacían ver unos ojos gigantescos.

— Hola muchachos. — articuló mi madre.

Mi madre es una mujer sumamente hermosa. Es de tez blanca y tiene unos ojos color miel que te hipnotizan. Cualquier hombre daría lo que fuera por estar con ella pero el daño que causó papá no se puede reparar.

— Hola. — dije observando a los muchachos.

—¿Son nuevas en esta ciudad? — habló el niño de los ojos gigantescos.

— Sí, mi madre y yo nos acabamos de mudar. — les sonreí para no ser grosera.

— Soy Bill Denbrough, mucho gusto. — Lo inspeccioné un momento para luego volver a la realidad.

Los demás niños se presentaron y mi madre y yo hicimos lo mismo. Estaba feliz porque al menos había hecho unos cuantos amigos desde el primer día y no tendría que esperar hasta terminar las vacaciones.

Loser's Team ⇨ IT (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora