XV » Ven a flotar conmigo.

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Las vacaciones terminaron y era hora de entrar a mi nueva escuela.

Estaba parada en la entrada pensando en cómo serán mis nuevos profesores, mis nuevos compañeros hasta que alguien me tocó el hombro.

— ¿Chicos? ¿Qué hacen aquí?

— No, más bien. ¿Qué haces tú aquí? —Me preguntó Eddie.

— Me inscribieron a esta escuela. No me digan que ustedes también estudian aquí.

— Sí. Aquí estudiamos. — Dijo Ben.

— ¡Qué suerte! Ahora vamos a estar juntos más tiempo. — Dijo Eddie.

— Sí, genial. — Sonreí.

— Ven, te enseñarémos la escuela.

Caminé junto a ellos mientras me enseñaban la escuela. Conocí el patio, el comedor, los salones y la cancha de básquetbol.

— Chi-chicos. — escuchamos a alguien decir y reírse detrás de nosotros. Volteamos y nos encontramos con 2 chicos que parecían mayores que nosotros.

— ¿Qué es lo que quieren? — Dijo Stanley.

— ¿Qué tal sus vacaciones? Veo que tienen una amiguita nueva. — Rieron y me miraron. — ¿Qué? ¿Es su nueva Beverly?

— Cállate Víctor. — le dice Eddie.

— ¿Quién creés que eres como para callarme? — le dijo y lo empujó levemente.

— Ya Victor, déjanos en paz. — Le dice Richie.

Sonó la chicharra.

— Solo por hoy se las voy a pasar. — nos miró. — ¿Qué esperan? ¡Váyanse! — Eddie me tomó de la mano y nos echamos a correr.

— ¿Quiénes eran ellos? — les pregunté una vez que estábamos en el salón.

— Unos idiotas. Déjalos, no les tomes importancia. — me dijo Richie y se sentó en una de las bancas de en medio. Los demás hicieron lo mismo y me invitaron a tomar asiento junto a ellos.

(Apartir de aquí, la historia comienza a ser aún menos parecida al libro, miniserie o película.)

— Buenos días, yo me llamo Lia Banks, tengo 13 años y soy nueva en la ciudad.

— Perfecto Lia, un gusto tenerte aquí.—  me dijo la profesora.

— Muchas gracias. — le sonreí y me senté.

Se presentaron 3 chicos más y así todas las demás clases hasta que tocaron la chicharra para salir.

Como ya sabíamos, mi madre trabaja y no puede venir a recogerme así que tengo que tomar el bus.

— ¿Va-vas a tomar el bus?

— Sí. — le contesté.

— ¿Y por qué mejor no te llevamos nosotros? — dijo Eddie.

— Chicos, vienen en bicicleta.

— ¿Y?

— No caben dos personas en una bicicleta.

— ¿Cómo que no? — dijo Richie. — El otro día te subiste conmigo y Bill está mucho más delgado que yo. — reí.

— Ven. Sube. — Me dijo Bill.

Rode los ojos y me subí en la bicicleta de Bill con el detrás.

— Y, ¿Qu-qué tal te pareció la escuela?
— No pude haber tenido mejor primer día. — los dos reímos.

Llegamos a mi casa y me bajé de la bicicleta.

— Gracias chicos. — Les agradecí. — No sé que hubiera hecho sin ustedes.

— No agradezcas. — Estamos contentos de que estés en nuestra escuela.

Les sonreí, me despedí y entré a casa.

Cuando llegué, lo primero que hice fué sentarme en el sofá y prender la televisión.

Saqué los cuadernos de mi mochila y comencé a hacer mi tarea.

Estaba escuchando las noticias cuando la televisión comienza a distorsionarse y a sonar muy mal.

Me paré para acomodar la antena pero seguía sin verse. Llevaba ya unos minutos cuando la televisión comenzó a sonar muy fuerte y me llevé un gran susto.

Me senté para seguir viendo la televisión pero ya no eran las noticias lo que se transmitía, sino imágenes de Derry.

Intenté cambiar el canal pero no podía, intenté apagarla y tampoco pude.

Las imágenes comenzaron a tornarse de un color rojizo y apareció una imagen de un payaso en unos columpios.

Las imágenes pasaban, el payaso seguía columpiandose, atrás, adelante, atrás, adelante, atrás, y el payaso ya no estaba en el columpio. Las imágenes se detuvieron y entrecerré mis ojos e intenté pararme para ver que había sucedido pero una mano en mi hombro me detuvo.

— Hola, Lia. Ven a flotar conmigo.

Loser's Team ⇨ IT (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora