CAPITULO IV

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CAPITULO IV

Ya había pasado una semana desde que Anne, recibió la visita. Le pasaron muchas cosas en el transcurso de esa semana, entre ellas tomar la decisión más importante de su vida. Se encontraba en la espera de que los señores Morrioson, llegaran por ella.

La mañana del día lunes, Anne, se encontraba en la sala de visita charlando con sus parientes de la decisión que había tomado. La sala era un lugar muy amplio, bastante iluminado, rodeado de unas cuantas mesas y sillas para poder charlar con los niños que estaban en proceso de adopción.

-Hola Anne. Exclamo la señora Morrison. –Háblanos de lo que has decidido.

-Es justo lo que ustedes querían. He tenido una semana muy complicada ¿Saben? Pero al fin decidí lo que considero correcto, me iré con ustedes.

Envuelta en una tristeza al darse cuenta que Kendall, quedaría aun en el orfanato sabía que su futuro dependía de esa decisión. La chispa que había en aquella niña la primera visita no estaba, era más apagada y mas callada se le notaba que realmente estaba triste.

-Pero al parecer no estás feliz de la decisión que tomaste. ¿Qué te ocurre Anne? ¿Se trata de Kendall, verdad?

-La verdad sí. Susurro Anne, mientras agachaba la cabeza y rodaba una lagrima en su mejía. –No quiero dejarlo aquí. ¿Puede ir con nosotros?

-Me temo que en eso no podemos ayudarte. Pero prometo que puedes venir a verlo las veces que quieras. Además, a él pueden adoptarlo otras personas.

-Pero, ¿Por qué no lo adoptan ustedes? ¿Qué no se supone que tienen suficiente dinero como para adoptarlo?

-No Anne, las cosas no son así de fácil como parecen. Veras, es un proceso muy largo, se llenan y se firman papeles y tarda tiempo en eso. Tú eres nuestra sobrina y por esa razón el proceso será un poco menos complicado.

La pequeña niña se encontraba triste. En poco tiempo se iría y su vida cambiaria, y Kendall, no estaría en ella.

Al poco tiempo los señores Morrison, se marcharon y empezaron los trámites para la adopción de Anne. En un par de días tenía que irse con ellos y solo le quedaba poco tiempo con su mejor amigo. Volvió adentro del orfanato inspiro hondo y pensó -¿Cómo es que alguien puede llegar a tomarle tanto cariño a una persona que no es su familia y cuando te despides es tan difícil?-

Camino hacia el patio, vio como los niños corrían, se divertían y conversaban con sus amigos. –tengo que pensar en lo que le diré a Kendall- se dijo así misma. La tarde caía tan deprisa y Kendall, casi saldría de clases para entonces ella ya tenía que haber pensado en lo que le diría a su mejor amigo.

-No sé qué decirle, no quiero hacerlo sentir más triste. ¿Por qué están difícil?- pensó Anne.

Pasaron las horas y casi era tiempo para cenar. Kendall y Anne se reunieron en el lugar de siempre para charlar.

-Como sabrás mi familia vino hoy y les dije que me iría con ellos. ¡No es nada fácil esto y me siento triste! Les pedí que te adoptaran pero dijeron que eso llevaba mucho tiempo y que no podían hacerlo. ¡Es injusto!

-No te preocupes por mi Anne, ya te lo he dicho alguien más vendrá por mí. Deja de estar triste todo estará bien. Es más te traje algo para que te lo lleves contigo.

El niño saco de su bolsillo una pequeña carta. Se la entrego a Anne y recitaba lo siguiente:

Te conocí de la nada y te convertiste en lo mejor después de mis padres. La vida da mil vueltas, hoy estamos aquí y mañana quien sabe dónde. Te vas Y también algún día me iré; eso es seguro. Pero, mientras eso pasa seguiremos unidos donde sea que estemos. Siempre te recordare Anne. Y te deseo lo mejor.

¡TE QUIERO QUERIDA AMIGA!

Al reverso de la pequeña carta traía un dibujo que también el niño había hecho. Era la fuente del orfanato, el lugar donde ellos siempre charlaban y donde se conocieron. Anne, como era de esperarse quedo sorprendida al ver el pequeño detalle de su amigo.

-Jamás nadie se había tomado el tiempo como para hacerme un pequeño detalle. –Exclamo Anne. – ¡me encanta! Esta fuente significa mucho para ambos, gracias por estar conmigo siempre.

Los niños se dieron un abrazo.

-No olvidare esto jamás. –Dijo Anne- ¡Eres el mejor amigo del mundo!

-Se fuerte y veras como todo nos saldrá bien. Sabes que aquí estaré para ti.

Después de tan agradable charla se fueron a cenar luego cada quien a su habitación la fría noche ya los envolvía.

Pasó un par de días más y Anne, recibió la noticia que la semana entrante se iría con su familia. Se encontraba emocionada pero siempre pensaba en Kendall. Le dijeron que vendría una última vez más su familia para hablar acerca de los pequeños detalles de la adopción.

Llego el día de la visita y esta vez solo la tía Lizzy Morrison, llego al orfanato ya que el esposo se encargaba de los últimos detalles de los trámites.

-¡Hola Anne! ¿Cómo te sientes? ¿Estás feliz? El lunes de la próxima semana te irás con nosotros. Dime, ¿No te parece sorprende la idea de que en poco tiempo tendrás una vida normal como cualquier niña de tu edad?

La señora Morrison, se encontraba feliz de que todo haya salido según lo planeado pero Anne, no presentaba el mismo entusiasmo que la tía.

-Sí. Exclamo –pero tienen que traerme a menudo a visitar a mi amigo.

-Por supuesto Anne, así será. 

Mentes CriminalesWhere stories live. Discover now