Mentes Criminales

CAPITULO VIII

CAPITULO VIII

Pasaron los años a Kendall lo había adoptado una familia muy religiosa de apellido Allen, vivía en San Francisco, California.

Anne, seguía viviendo con sus tíos. Su vida seguía casi igual, aguantando reproches de su tía y siendo utilizada por su tío. Le gustaba más estar sola en su habitación pensando en lo miserable que se sentía en esa casa.

-Algún día me iré de aquí y pagaran por todo el daño que me han hecho- pensó. Había tenido muchas noches de insomnio, su rendimiento académico había bajado mucho, estaba solo en depresión casi siempre y no sentía ningún tipo de sentimientos por nadie. Según ella no se lo merecían.

Se había vuelto muy fría, reservada, y deprimida. La vida que tenía era tan miserable como ella se sentía. Al contrario de Kendall, empezaba a formarse un círculo religioso pero tenía sus complicaciones. Sus padres adoptivos no lo dejaban hacer ninguna cosa mundana ni siquiera tener amigos fuera de la religión. Asistía a una escuela católica, y sus principios y valores se fueron creando de acuerdo a su entorno.

El niño que era en el orfanato había desaparecido más bien, lo habían hecho desaparecer. Ya no era alegre ni motivador. Se había convertido en un niño consumido por la religión e ignorante en otros sentidos. Pero, eso era lo que tenía que hacer mientras estaba con ellos. Era consciente que no quería vivir eso toda su vida pues, odiaba la religión.

Anne y Kendall perdieron la comunicación no sabían nada el uno del otro. Kendall tampoco sabía que abusaban de Anne. Pero a pesar de ello ambos niños se extrañaban Kendall decidió que cuando creciera la buscaría porque hasta cierto modo era la persona que más le importaba, la vida ya le había quitado mucho y no permitiría que eso se repitiera.

Cuando a Kendall le tocaba ir a misa no le gusta. Sentía que el padre le daba mala espina.

Un día al finalizar la misa el padre se dedicaba a despedir a la gente que asistía y se acerco a Kendall y le dijo.

-¿Podrías quedarte un rato más? Me gustaría hablar contigo a solas.

Kendall supuso que quizás se debía al mal comportamiento que había tenido los días atrás. -Quizás me llamara la atención y me dará consejos religiosos- pensó. A lo cual le respondió que si al padre.

-Te espero en la parte trasera de la iglesia.

A Kendall le pareció poco sospechoso que le padre quería hablar con él en la parte de atrás de la iglesia pero no le prestó importancia. Así fue, después de que todos ya se habían marchado él se fue atrás de la iglesia a la espera del padre.

-¿Puede decirme que sucede padre? Mis padres están esperándome.

-¡Veras! Dijo el padre con un tono de voz poco malicioso. Tu comportamiento no es el adecuado, debes de cambiar.

-Supuse que era eso. ¿Puedo irme ya?

-No, espera. Aun no he terminado.

El padre toco el hombro de Kendall y lo miraba a los ojos. Kendall sabia que las cosas no andaban bien -Este padre algo se trae- pensó. Se sentía incomodo con la actuación tan extraña del padre. Y dijo

-¿Padre que ocurre?

-Porque no te dejas llevar por el momento será un secreto entre tú y yo. El padre empezó a tocar el cuerpo del niño y este reacciono de forma agresiva. Quito la mano del padre con brusquedad y le dijo.

-Usted es el peor de los padres, ya verá se lo contare a todas las personas que asisten a la iglesia para que sepan la clase de persona que es usted. ¡Un falso de mierda!

-Espera un momento no le digas a nadie sobre esto.

-¿O si no que padre? ¿Tiene miedo de que lo anden en boca de todos criticándolo, que su reputación se le caiga?

El padre se enfado y agarro con brusquedad al niño.

-Mira mocoso te quedas callado y haces lo que yo te diga o te pondré en mal con tu familia y con todas las personas de la iglesia.

Kendall, le pego una patada en la entrepierna para poder librarse de él y poder huir. Sabía que si le contaba a alguien como a sus padres adoptivos no le creerían y si se quedaba el padre podía ir tras él y poder terminar lo que empezó. Decidió correr y correr a cualquier lugar lejos de las personas que se encontraban a su alredor.

Mientras tanto el padre corría tras Kendall, y donde no lo alcanzo pensó que el niño podría hablar y divulgar lo que había pasado y el tenia que inventar una excusa para hacerle creer a las personas que no había pasado nada de lo que el niño decía.

Pensó rápidamente -Diré que yo solo lo aconsejaba por su mal comportamiento y él me trato muy mal y me dijo palabras que están en contra de la religión. Luego de eso me pego y salió corriendo-. -Parece una excusa favorable se dijo-.

Mientras tanto el niño seguía corriendo lejos de ese lugar. Y preguntándose hacia donde iba. Lo único que quería era poder encontrarse con Anne. Ambos niños habían tenido otra mala experiencia en su vida.

Y es así como empiezan una nueva vida para Kendall. No sabía a lo que se enfrentaba y no quiera volver al orfanato tampoco con sus padres adoptivos. Solo quería encontrar a Anne.