4. Inhalar

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El corazón de Magnus podía soportar muchas cosas, a decir verdad, podía soportar de todo. Pero tal vez hasta ese punto nunca había vivido la experiencia de perder a alguien que amaba. Si, había perdido a su madre de chico, pero no entendía en sí el sentimiento de pérdida como ahora de grande. Como ahora cuando le dijeron que Alec había muerto y su corazón dejó de latir al igual que sus pulmones dejaron de recibir aire.

×

24hs antes.

Magnus volvió a la cama luego de ir a atender otra llamada más de su madrastra. Ella se estaba encargando de la prensa. Era una experta, eso le hacía entender muchas veces porque su padre estaba con ella desde que él había empezado a estar en el ojo de la tormenta.

Alec se removió, estaba algo dormido y el repentino sacudón de Magnus lo había hecho despabilar un poco. Tomó con su mano la sabana y se volvió a tapar. Si estuvieran en su casa con la calefacción central nunca hacía frío, pero el departamento de Alec era un freezer.

- ¿Tenes frío? - Le preguntó Magnus mas despierto que nadie.

- Mmmm...

- Te entiendo de sobremanera. - Soltó una risa por lo bajo divertido por la contestación y lo tapo con la cobija que había quedado envuelta a un costado. Algo que solamente Alec lograba mientras dormía.

Magnus se quedó mirándolo mientras se volvía a quedar dormido profundamente. No había cosa más hermosa para él que mirar a su novio dormir. Su novio. Una leve sonrisa pícara se le escapó por la comisura de sus labios. Que hermoso que se sentía ser el novio de alguien, mas que nada, el novio de Alec. Su Alec.

17hs antes.

Cuando Alec entró al teatro, todos sus compañeros lo miraron como si hubiera entrado disfrazado de IT el payaso maldito. Siguió caminando hacia su camarín y enseguida Lydia lo siguió. Metiéndose detrás de el sin que siquiera pudiera cerrar la puerta. Ella parecía alterada, el no tanto.

- ¿Me podes explicar que es eso de que estas con ese Magnus Bane? Tenes idea la reputación que tiene en todos lados. Es un psicópata... No quiero que te lastime.

- Bueno, podes quedarte tranquila no va a pasar nada.

- ¿Y que te hace pensar eso? Dios. Te van a echar de la compañía y tanto que nos costo que te metieran.

- Soy tu terapista así que si me quieren sacar no tengo problema.

- No digas eso.. Estas tirando tu vida al tacho por un bailarín del Colón que no le importa nada ni nadie más que el.

- No pienso igual que vos. - Dijo Alec con total firmeza, mirándola. - ¿Podemos empezar a trabajar ahora que terminó el sermón? Estuve pensando nuevos movimientos para trabajar tu problema.

- No gracias. No tengo ganas hoy. - Le respondió y se retiró de la habitación completamente ofendida. A lo que Alec simplemente se quedo sin palabras. Tomo sus cosas y se retiró del teatro. No tenía motivos para quedarse.

13hs antes.

Magnus estaba sentado en la oficina de su padre. Era el mediodía y ya estaba muriendo de hambre. Era la última función al día siguiente y había miles de cosas de las cuales hablar. Con tantos escándalos, la gran mayoría de la prensa de espectáculos estaría en el lugar, lo que para el gran señor Bane, era la gloria.

Cancelame el almuerzo, voy a comer con mi hijo. - se escuchó mientras entraba al lugar y la secretaria lo miró con horror empezando a tipear en su teléfono mensajes a la vez que la puerta se cerraba y la perdía de vista.

Enseñame a sentir (P2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora