Capítulo 10: Proyectos (parte 2)

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Capítulo 10

(Segundo fragmento)

PROYECTOS

Se interrumpieron sus cavilaciones cuando una lluvia de fino cabello blanco y una mirada oscura se interpusieron entre su rostro y el de Geré.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó Mila. La chica había doblado su cuerpo con sorprendente habilidad para mirarla de cerca mientras se encontraba de pie sosteniendo un gran atado de pieles en sus brazos.

—Sí, claro —se apresuró a contestar Ribée.

—Estás de otro color —observó la chica.

—A mí también me pareció extraño —comentó Geré.

Ribée quiso salir de la situación embarazosa antes de ponerse más colorada.

—¡Conseguiste las pieles! —exclamó con demasiado entusiasmo—. Me lavaré un poco y nos vemos en mi choza. ¿Te parece bien?

—Sí, está bien. No quiero que las arruines con todo ese barro.

Ribée se aseó lo más rápido que pudo y volvió corriendo a su choza donde Geré esperaba.

—Mila fue por unas navajas —le informó—. ¿Qué estás por hacer?

—Ya lo verás. Este es otro de mis proyectos —le dijo mientras revolvía entusiasmada entre el atado de pieles.

Los calima no las usaban más que para adorno. Con ayuda de Mila había recuperado las que vinieron en la ofrenda. Esa sería su labor más importante, sin ella, no podrían prosperar las demás.

—¿En cuántos "proyectos" estás trabajando a la vez? —preguntó Geré remarcando esa palabra que a Ribée le gustaba usar para definir a las ideas nuevas que quería poner en marcha entre los calimas—. Deberías dejar que los demás se ocupen.

—Lo hago, todos aprenden muy rápido. Pronto estaré aburriéndome. —Ella hizo lugar sobre la mesa, se descalzó y se subió—. Acércate —le pidió a Geré mientras estiraba entre sus manos una de las pieles. Cuando alzó la vista encontró el rostro del chico a unos centímetros del suyo. Ella no tenía mucha experiencia en esas cosas, pero por la sonrisa torcida y la pose descarada, estaba casi segura de que él le estaba coqueteando—. Date la vuelta.

Él obedeció y ella estuvo aliviada de que no la viera enrojecer otra vez. Puso la piel sobre la espalda de Geré y se concentró en tomar medidas con un carboncillo.

—¿Vas a hacerme un abrigo? —le preguntó.

—No es para ti —contestó Mila que volvía con las navajas. Dirigiéndose a Ribée le dio instrucciones—. Tienes que agregarle más de los costados. Derló es más grande de torso, y más fuerte —agregó en un susurro.

—Por supuesto que Derló es más que yo —contestó Geré con sarcasmo—, es más serio, más callado y más aburrido.

—Es así porque es responsable, respetuoso y trabajador. No como otros —le acusó la calima.

—También es más oloroso —se burló él.

—Y tú más perezoso —le retrucó.

—Geré es más inteligente —lo defendió Ribée antes de darse cuenta de que lo había dicho en voz alta.

Dos pares de ojos negros la observaron sorprendidos y las estrellas en ellos brillaron con complicidad. Mila disimuló una sonrisa, Geré no, él dejó ver todos sus dientes mientras miraba a Ribée.

Entre bromas, las dos chicas siguieron con la confección del abrigo. Ribée supo que Mila era muy buena cosiendo, así que le había pedido ayuda para hacer ropa de abrigo al jefe de recolectores. Ella aceptó con más entusiasmo del que esperaba.

El frío del pantano era lo único que se interponía entre ella y el éxito de sus proyectos. Al parecer, Derló tenía la capacidad de ir más lejos que otros calima, pero era vulnerable al frío. Ribee calculó que si él tuviera su propio abrigo, sus excursiones serían más largas y las posibilidades de conseguir todas esas cosas que necesitaba para llevar a cabo sus ideas aumentarían.

Pensó que le harían preguntas, que tendría que mentir o inventarse algo para justificar ese extraño proyecto, pero nadie sospechaba nado raro ni había hecho preguntas. No aún. Por las dudas, trataba de evitar que Bilse lo supiera.

Mila y Geré se volvieron cómplices inconscientes de sus ambiciones. Con el pasar de los días descubrió que podía confiar en ellos para mantener su secreto y avanzar hasta finalizara su trabajo.

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N/A: No se pierdan el próximo capítulo, que les tengo una sorpresa. ;)

El fin de NoweDonde viven las historias. Descúbrelo ahora