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Sirius Black POV 2: Mi igual

«Querido Hocicos
¿Recuerdas cuando te llame así?»

Claro que lo recuerdo, fue cuando nos conocimos, estaba herido y desnutrido pero mi sed de venganza me permitió llegar a Hogwarts y no morir en el trayecto. Cuando te vi me percaté en tú túnica.

Eras de Slytherin.

Inmediatamente mostré los colmillos, no tenía ningún aprecio por nadie de esa casa, gruñia dispuesto a acercarme pero antes de poder hacer algún movimiento caí inconsciente, estaba agotado. Al despertar me di  con la sorpresa que me habías curado, las heridas me dolían menos pero aún seguía débil, estabas sentada a pocos metros de distancia. Al parecer habías traído comida oculta en la túnica. Por días me diste alimento junto a hierbas que se empleaban para curaciones, me costaba confiar en ti, pero me habías mantenido oculto, por ello poco a poco te permití acercarte, al menos para que revisaras mis heridas pero siempre atento a cualquier movimiento ¡Quería quitarle la varita! Lo cual era arriesgado pues aún estaba débil.

Un día te abriste a mi, tenías una carta entre tus manos, al parecer de tu hermano mayor. La familia Alford eh? Aquellos eran de los pocos mortífagos que lograron huir y salvar sus nombres, entre ellos Alois Alfrod, tu padre quien fue quien me condenó a Azkaban, con más razón me puse en guardia. Sin embargo, tu parecías ofuscada. A medida que arrugabas la carta fuiste exteriorizando lo que sentías, en verdad teníamos mucho en común, ambos veníamos de una familia de sangre pura con devoción por la pureza de la sangre. Siempre odié esa mentalidad, al parecer tu también, pese a estar en Slytherin no compartias esas arcaicas tradiciones, por alguna razón no pude evitar sentirme reflejado. Te sentías presa, frustrada y juzgada por tú propia familia, sé de eso.

Fue así que nos acercamos, fue así que confíe en ti.