Sirius Black POV 6: Calidez

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Tu estancia en la residencia Black hizo que nos acercáramos más. Me hacía bien tu compañía, pese a mis negativas no te veía como a Harry pero no te lo diría, Rachelle aún tienes mucho por vivir y experimentar, pero dudaba que sea a mi lado. Una guerra se aproximaba, muchos íbamos a morir, quizás yo entre ellos, por esa razón me dediqué a entrenarte, no podía asegurar quienes sobrevivirían pero sí podía hacer todo lo posible para lograr mantenerte segura, debo admitir que Harry tenía razón eras una buena duelista, aquello me sorprendió. Sin embargo, no pude evitar recordar que habías recibido lecciones en duelo, por años tu hermano fue profesor de artes oscuras en el Instituto Durmstrang, por ello era entendible que te haya formado en ello. Nunca entendiste aquel interés de Althares en entrenarte pero sin duda aquello te ayudaría mucho.



"  — Eres una verguenza para el apellido Alford."


Aquello era su argumento.


Un día mientras te entrenaba en duelo nos besamos, habías resbalado a causa de un hechizo, al verte inmediatamente traté de ayudarte a ponerte de pie pero tu gata me hizo perder el equilibrio y caí sobre ti, fue imposible no reír.

Aquel bicho me odiaba, no era la primera vez que me provocaba una caída, pero tú lo defendias. Como aquella vez que me mordió la mano y me transforme para cazarlo.

¡Lo persegui por toda la casa! Tanto era el alboroto que cuando bajaste estaba rodeando al bicho en el repostero. Aquella bestia había subido a lo más alto, movía sus garras para darme en la cara mientras yo trepaba para lanzarme encima suyo, esta de más decir que me gritaste. En años nadie me había regañado de esa manera.




" — Tú gata me odia

— Odia a los perros, pero a mi me gustan Hocicos"



No hace falta decir que me sonrojé. Nunca antes ninguna chica me había hecho ruborizar, pero te jactabas de ello.




"—¿Qué ocurre? ¿Sonrojé al gran Sirius Black?

—Rachelle..."



Ambos reímos.


Al cabo de un rato nos miramos fijamente, estábamos demasiado cerca, tanto que podía sentir tu respiración, inconscientemente levanté mi mano para acariciar el contorno de tú rostro.


Eras tan linda Rachelle.

No pude evitar mirarte con ternura, en verdad nos habíamos acercado tanto en esos meses. Por un momento era como si el tiempo se detuviera, nos perdimos en la mirada del otro. Cuando menos lo esperaba nos estábamos besando, era un beso lento y pausado pero lleno de sentimiento, me gustaba la sensación de mis labios sobre los tuyos, sentir aquella calidez. Era la primera vez en mucho tiempo que me sentí tan completo.

☪ 𝐿𝐸𝐶𝐻𝑈𝑍𝐴𝑆 𝑃𝐴𝑅𝐴 𝑆𝐼𝑅𝐼𝑈𝑆 ☪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora